¡Otra vez, que chille la mosca! Las tres de rigor desde el más leído, como siempre: ¿Ah, verdad? ¿Qué dijeron: se sigue atizando el "escritorcito" este? ¡Nel pastel! Afortunadamente andamos "en vivo", sin necesidad del uso de psicotrópicos, y por tal motivo me jacto en reconocer claramente algunos de los factores que a mi consideración atañen a la descomposición social que estamos viviendo hoy en día.
Es un hecho consumado, brothers lectores, que la violencia ya nos rebasó. ¡Almejas! Tristemente lo escribo, en dos tres cantones ya hasta se acostumbraron a colgar el moño negro en muchos "zaguancitos" (puerta de entrada) igual que en muchos "jacales" con alberca también. Diversos sectores de nuestra sociedad viven la violencia de cerca, ¡y por todas partes! No obstant,e pa’ acabarla de chiflar, el borracho y celotípico esposo que le deja caer la zapatería a la esposa cada que llega "flameado" ¡diario! Por ahí también dos tres callejeras abandonan de plano a sus chiquitines en plena banqueta. y si le damos una "repasadita" a las cifras de violencia intrafamiliar nos da hasta escalofrío ¡chico, glande y mameluco!
Con razón las "parejitas" actuales no duran arriba de un año, mi lector. ¡Ya sabe! Las chiquitas ye-ye creen que ya la armaron casándose con el primero que les hable bonito; muchas lo que buscan es un pretexto para salirse del cantón sin saber que les espera "la real", su majestad, y es que la ley establece que la pareja debe permanecer como mínimo un año, de no ser así, no se podrán divorciar. Otra arista de la violencia la sufren muchísimos adolescentes, que por falta de orientación, sienten que no encuentran por ningún lado la brújula y acaban dándose gas o cuando menos lo esperan los padres, el chavito ya le esta "pegando" (consumiendo) duro y tupido a la "monita" (droga inhalante) y para complementar el dantesco cuadro inspirado en la violencia, añádale, mi lector, la auténtica y precaria inestabilidad económica que viven la mayoría de nuestros compatriotas, que sin temor a excretarla , supongo que influye evidentemente en el estado anímico de cualquier ser humano que se desvaloriza al darse cuenta de que no le alcanza ni para "envenenarse" ni para lo básico mi buen, para que me entienda. Acuérdese de lo que dice el famoso rockanrolero mexicano Alex Lora, "Cuando no hay lana, el amor sale por la ventana" ¡Y es la neta, Paty!
Es entonces cuando todo aquello que en su momento fue amor y dulzura se acaba convirtiendo en un verdadero infierno.
La neta, brothers, es que cuando decae la economía en el hogar, ojos morados y rasguños es lo único que queda. Dejando el catastrofismo a un lado, creo que en toda esta crónica mafufa y pacheca sobre el clima de violencia que estamos viviendo hoy en día, hay una parte que muchos, seguro estoy, han olvidado. Probablemente todos escuchamos sobre el rescate de valores, la violencia intrafamiliar, las adicciones, ¡en fin!; por todas partes se escucha sobre ello y la superación personal, ya sabe, su majestad, desde los que se quieren colgar el "milagrito" para obtener beneficios personales, que desde luego suenan "huecos" cuando hablan del particular, hasta los de "hueso colorado", que resultan ser más congruentes. Sin embargo el punto es, mi lector, que aún sabiendo de la existencia de estos flagelos sociales, probablemente no sabemos cómo sumarnos al esfuerzo que nuestra sociedad solicita.
Déjeme decirle para terminar, cuate lector, que pese a que trato de suponer franca y nítida la solicitud de nuestros dirigentes actuales (aunque según mi percepción sigue siendo poco vigorosa) en lo que refiere al conocimiento y aplicación colectiva del desarrollo humano, que se supone incluye el rescate de valores, mayor atención a mujeres, niños, jóvenes, personas de la tercera edad y por supuesto ¡el maltrato animal! Aunque lo reitero, esto se debió haber hecho años atrás, pero, bueno "nunca es tarde para empezar" Ahí se las dejo de tarea. ¡Hasta Moxtla!