Seguimos tocando el piano, abogando como siempre sobre la desprestigiada cultura en sus diversas aristas, mis distinguidos brothers, y de forma muy peculiar, ¡ya sábanas, zig-zag! "juebebes y sabadrinks". Les paso corriente desde el más leído y muchísimas gracias por sus "likes".
Eso nos motiva a seguir apretando el acelerador "puntatalón " sin aflojar. ¡Gracias! Brothers por favor, hagámos lo propio, antes de que nos den montaña y se nos caiga la casa.
Para comenzar, el asunto del agua nos debería empezar a ocupar y preocupar, brothers, es un hecho consumado que mucha "bandirri" está sintiendo los primeros "calambres" por la falta de agua.
Ojalá que sirva de algo esta peculiar propuesta como para que todos tomemos conciencia de una situación que resulta ser verdaderamente catastrófica, que podríamos llegar a evitar; por ello, "brinco" como auténtico y verdadero perro con la sugerencia de que cuidemos el agua.
Hay que recordar que hace algunos cuantos años no era tan exitosa la venta de agua embotellada en tierra mexica, al menos no lo fue posterior a dos grandes sucesos el sismo de 1985 y la epidemia de cólera de 1991. De acuerdo a los expertos, a partir de esos hechos en el país se creó la demanda de un producto que, además, se volvió un negocio de miles de millones de varos, carnalitos. Las generaciones actuales consideran normal el pagar hoy en día cantidades estratosféricas por una botellita de agua y eso dependiendo de la marca de la dichosa "agüita" y como siempre ya saben, no falta aquel o aquella que compra el agua más cara como para que se piense que "traen con queso las enchiladas" otra vez, en esa búsqueda neurótica de aceptación ¡chale!
Digamos que de esta cotidiana historia entiendo una parte; los jóvenes actuales estoy cierto que nunca tuvieron la necesidad de "pegarse" a la llave del agua o a una manguera (sin albur y con respeto para quienes sí se dieron unos "llegues") para matar esa insaciable sed que de pronto nos tomaba como rehenes a los de mi generación después de una larga caminata para llegar a casa. Además, le puedo decir, mi lector, que no encontrábamos problema alguno en saciar de esta coloquial forma nuestra sed.
Desde luego eran otros tiempos, la helicobacter pylori ni existía; había mucha menos contaminación, menos enfermedades infecto-contagiosas, la salmonela era más "fresona" hace unos cuantos abriles, ¡no tan aferrada como en la actualidad!
Ahora, una salmonelosis manda al estuche al más felón, y la mustia de la helicobacter pylori nomás se encarga de provocarle un cáncer de estómago, mi brother. Es como el alcoholismo, "parnitas", no respeta edad, sexo, posición social, ¡buzos caperuzos! Y tampoco en mi época había surgido la necesidad de comercializar el consumo de agua embotellada, no hasta antes de lo que les mencioné renglones atrás, brothers. Recuerdo que cuando era "chaval" existía una sola marca que vendía agua en garrafón. Sin temor a equivocarme fue "Electropura" la primera marca. "Hoy", hoy como decía "el botas" (nuestro expreciso) hoy en día son numerosas las compañías que se dedican a este boyante negocio. Hay que decir que la mercadotecnia "fulgura" prometiendo las perlas de la virgen al posible consumidor: bienestar para el cuerpo, ligereza, bueno, algunas prometían hasta bajar de peso ¡no mouse, mickey! ¡puritita agua bendita nos quieren vender, cómo la ve, mi lector!
La gente consume sin cesar agua "embotellada". La próxima guerra, padrinos queridos, se va a generar por la falta de agua, algo así como aquella trama de "Mad Max, el guerrero de la carretera" donde se peleaba hasta la muerte por conseguir gasolina. Desde luego, ciertos sectores, como siempre, serán los que disfruten únicamente del vital líquido, como sucede en todas las películas y en la vida real. Desgraciadamente muchos ignoran el beneficio que nos solicita el cuidado del agua; muchos pasados de corneta salen a lavar sus vehículos con manguera ¡que escasez de progenitora, la neta! Ojalá estos incautos pudieran ver la película "Mad Max" donde morían en el afán de conseguir el preciado combustible. Buzos brothers, no sea que vivamos algo similar, si seguimos desperdiciando el agua.
Votemos por un mejor México, un Morelos más sano en todos los sentidos; cada quien desde su trinchera, ¡urge!
Al chico rato, brothers, ni aunque nos pongamos perros y nos paremos de pestañas vamos a poder remediar la situación, así que a darle con ¡Toño tigre! y evitemos esta hipotética tragedia, a través de la prevención, mis brothers... Ahí se las dejo de tarea, ¡hasta la próxima!