¡En canela, como decimos por Acámbaro! (como "frasean" también los "teporochitos", los del "escuadron de la muerte", cuando se empiezan a "entonar" ¡en canela! ¡En canela pa’ que no raspe! Ahora sí, vámonos recio, cuates lectores, que no haya duda, brothers ¡el perro es el mejor amigo del hombre!
Si nos detenemos a analizar los múltiples beneficios que los cuadrúpedos brindan al ser humano andaríamos (tal como lo refiere con precisa sapiencia la conseja popular) con la cola entre las patas. Por ello su "servilleta" describe y bautiza como siempre de forma muy mafufa a estos animalitos como los grandes especialistas del desarrollo humano. Probablemente si logramos entender esta metáfora de locura lúcida brothers, empezaríamos por ser más sensibles sobre diversas responsabilidades que hasta el momento nadie acatamos. Quizá en una de esas, iniciariamos el proceso de concientización de lo que verdaderamente significa el maltrato hacia los animales, pero sobre todo lo que hay detrás de esto. Hay que decirlo: muchos descargan su frustración y ansiedad en sus mascotas y consecuentemente con los que les rodean en general (maltrato físico y psicológico).
Así también el maltratador perpetra en otras especies del maravilloso pero vapuleado reino animal. Ya saben, no falta el monstruo que aún a sabiendas que determinada especie está en peligro de extinción, saca el "fierro" y satisfacen su instinto asesino. Por ello es importante que entendamos que la adquisición de una mascota tiene como principal beneficio la sensibilización de quien la adquiere y la responsabilidad que esto significa. En el caso particular del niño, por ejemplo, ¡esto es genial! se supone que todos estamos siendo invitados a trabajar en pro del rescate de valores. ¿Correcto? bueno, entonces tenemos que empezar a buscar formas que nos conduzca al propio rescate.
Una de ellas mis brothers puede ser la obtención de una mascota ¡pero no la compren, brothers, adopten mejor una mascota! ¡Quite esa cara de balón ponchado, mi doña! no hay fish, el niño también entenderá que la mascota necesita atención, servicio de veterinario, higiene, educación, todo esto lo conducirá a sus primeras responsabilidades, el levantar el excremento y depositarlo en una bolsa, el enseñarle dónde y a qué hora hacer sus necesidades.
En fin, insisto, empieza la responsabilidad en el niño y el cariño por el reino animal, y todo este positivismo se verá reflejado en distintos campos.
Cabe señalar que en el país vecino utilizaron una estrategia que arrojó muy buenos resultados, por cierto, algunos sistemas penitenciarios norteamericanos utilizaron a los perros como medio para sensibilizar a peligrosos reos introduciendo en sus celdas a estos fieles compañeros para que recibieran, por un lado, entrenamiento que a futuro sería en beneficio de la comunidad (lazarillos, perros de búsqueda de explosivos y de estupefacientes) por otro lado, el experimento buscaba restituir la golpeada parte emotiva, donde precisamente el trato diario con los animales motivó a algunos a la recuperación de esa extraviada sanidad mental que lo llevó precisamente a delinquir. Ojalá que todos acabemos por entender que la adquisición responsable de estos fieles animalitos nos podría llevar a resolver (aunque usted no lo crea) muchos flagelos que hoy más que nunca juntos tendremos que empezar a resolver , la restitución de la credibilidad, y de las diferencias entre nosotros los seres pensantes, la discriminación en todas sus perspectivas y áreas, el compañerismo, el amor al prójimo, la lealtad, todos esos valores que desgraciadamente hemos dejado de practicar, y que afortunadamente la propia desgracia es la que nos obliga a filosofar y a trabajar sobre los mismos. ¡Hagamos lo pertinente, mis brothers, antes de que sea demasiado tarde! ¡Ahí se las dejo de tarea, y hasta la otra!