Por seguridad no trabaja en la noche.
A las seis de la mañana, Sebastián inicia su jornada laboral como chofer de taxi; realiza algunos recorridos por las calles de Cuernavaca y posteriormente hace base en el primer andén del mercado Adolfo López Mateos (ALM) con la esperanza de encontrar pasaje.
Sin embargo, dice que desde hace cinco años la clientela para el taxi disminuyó hasta un 15 por ciento porque llegó el servicio de plataforma que ofrecen conductores de Uber y Didi, y hace un año la situación económica se complicó todavía más con la pandemia de covid-19.
Sebastián Reyna tiene una experiencia de 14 años frente al volante y asegura que los estragos de la emergencia sanitaria siguen presentes, pues a pesar de que Morelos avanzó al color verde, para los trabajadores del volante el trabajo es el mismo que cuando estaba otro color del semáforo sanitario.
Al día, dijo, con mucho esfuerzo realiza entre 15 y 20 viajes trabajando más de doce horas de lunes a domingo. En ocasiones sus ingresos son hasta de 500 pesos, de los cuales descuenta un porcentaje para la gasolina, pero hace cinco años obtenía 700 pesos diarios.
Dijo que está consciente de que las familias no tienen dinero y por eso buscan un medio de transporte económico, pero afirmó que ellos no pueden hacer descuentos en el servicio de taxi porque al día entregan al menos 200 pesos de cuenta a su patrón, pagan la gasolina y deben ahorrar dinero para las refacciones que necesita el vehículo.
“A nosotros no solo nos afectó la pandemia, desde hace casi cinco años enfrentamos la competencia del servicio de plataforma porque ellos manejan tarifas económicas y nosotros no podemos hacer rebajas porque no sale ni para comer”.
A decir del entrevistado, por seguridad no trabaja después de las ocho de la noche y evita ingresar a colonias como Antonio Barona, La Carolina, Sacatierra y la Satélite en Cuernavaca.