Como taxista ha batallado con los clientes.

Omar Martínez, chofer de taxi, asegura que le gusta mucho el trabajo que realiza, pero ante la crisis económica a la que se ha enfrentado en el último año por la pandemia de covid-19, desearía poder encontrar un empleo donde sus ingresos económicos sean seguros, pues como taxista apenas obtiene 150 pesos al día.

Ayer, mientras esperaba a la clientela en el bulevar Juárez de Cuernavaca, señaló que por diferentes motivos solo estudió hasta la secundaria y -aunque disfruta el trabajo que realiza- ha pensado en que si hubiera aprovechado la oportunidad de estudiar otros niveles educativos podría conseguir una mejor ocupación.

“Ya no pude estudiar, pero me hubiera gustado tener un buen trabajo; un trabajo estable donde el dinero sea seguro, porque ahora me doy cuenta de que una persona sin estudios batalla mucho”.

Al cuestionarle si por falta de dinero en su familia no pudo continuar sus estudios, dijo que fue su decisión no seguir en la escuela.

"Yo quiero mucho mi trabajo, me gusta y lo hago con respeto. Lo disfruto y no pienso como otros que dicen ‘es lo que me tocó’; a mí me gusta”.

Sin embargo, lamentó que durante su jornada laboral no falta un cliente enojado que pretende desquitar su malestar con el chofer.

A ellos, dijo, los ignora y se concentra en su trabajo, porque cuando una persona maneja estresada o molesta puede provocar accidentes.

En sus recorridos -indicó- también se ha encontrado con clientes que van de mal humor y azotan la puerta del taxi o en otros casos, cuando llevan prisa, quieren que el chofer maneje rápido y que no respete los semáforos.

En cuanto a su trabajo, señaló que empezó hace dos años. Antes trabajó en una gasolinera.