No sabe leer ni escribir porque empezó a trabajar a los seis años de edad.
“A mí no se me cierra el mundo. No sé leer, no sé escribir; no conozco ni una letra pero si me dicen ‘lléveme a tal parte’ yo veo cómo le hago y llego”, expresó Oscar Espino Ibarra, quien trabaja como chofer de taxi.
Su experiencia como taxista es de trece años, pero antes laboró siete años en la Ruta 15 y tres en la empresa Aliados de Morelos. Dejó estos empleos porque su familia -que vive en el poblado de Chamilpa- empezó a elaborar postres, como donas y empanadas, por lo que buscó trabajo como taxista para poder hacer la doble labor.
Hace 17 años perdió la vista del ojo izquierdo porque no tuvo dinero para someterse a una operación. Esta situación -dijo- no le causa tristeza, al contrario, todos los días agradece a Dios porque tiene trabajo.
“Yo no me achicopalo porque tengo que salir a trabajar mientras Dios me de fuerza y el patrón me den la confianza de poder seguir manejando el carro, porque a veces piensan que porque ya no veo con un ojo voy a dar un golpe o voy a maltratar el vehículo, pero no, porque lo que bien se aprende no se olvida”.
Don Oscar, como le gusta que le llamen, no tuvo la oportunidad de estudiar porque su padre falleció cuando él tenía seis años, así que empezó a trabajar para ayudar con los gastos económicos a su mamá.
Recuerda que su primer empleo fue cuidar a dos niños y por el que le pagaban 30 pesos a la semana. Cuando cumplió siete años entró a trabajar a una panadería, pero a cambio de un salario y la empresa le obsequiaba pan para su familia.
-¿Qué le hubiera gustado estudiar?
“La verdad no sé. Me doy por bien servido con lo que sé hacer y aunque no sé leer ni escribir voy a donde el cliente me diga. Hace un tiempo llevé a unas personas a Toluca porque el viaje era de ida y vuelta, pero al final regresé solo. Por eso digo que no se me cierra el mundo porque preguntando se llega a todos lados”.
Oscar es el quinto de diez hermanos y tiene dos hijos; uno de 31 años de edad que estudió hasta la preparatoria, porque contrajo matrimonio a los 17 años, y el menor de 27 años estudia en la universidad.