Jojutla. A José Luis Vera Alamillo, guionista, director y editor de largometrajes no se le va una y puede con todo.
Minutos después de las 12 del día, dentro de las oficinas del Comisariado Ejidal en Tlatenchi, se filmaba una escena de “Tierra de salvajes”: un policía le informaba a su comandante un hecho delictivo ocurrido en un lugar denominado Los Gavilanes, donde tres hombres perdieron la vida.
-¿¡Listos!? ¡Cámara!
-Corre.
-¡33, 1, 2!
-¡Acción!
Segundos antes de terminar, José Luis interrumpió el diálogo y la grabación:
-Está sonando un celular.
Todos, equipo técnico y actores, se tocaron la bolsa en donde tenían el teléfono. El director había pedido que apagaran el móvil o lo pusieran en modo avión o en vibrar. José Luis insistió:
-Está sonando un celular.
Todos miraron hacia afuera. Uno de los actores salió de la habitación que servía como escenario y fue a tratar de escuchar de dónde provenía un sonido que sólo Vera Alamillo escuchaba; y lo encontró a 10 o 15 metros por un pasillo de las oficinas. Amablemente le dijo al propietario que apagara su celular y regresó al set.
La escena se volvió a repetir y quedó lista después de dos intentos.
Otras veces el director no puede hacer nada con los sonidos o anuncios que irrumpen desde las calles:
-¡Se compran colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que venda!
Dos días antes, el 25 de octubre, se tenía programado comenzar a las nueve de la mañana en el rancho Laureles, de la familia Olvera Mastache, algunos parlamentos entre varios hombres.
No llegaron dos actores y se propuso iniciar la grabación el día siguiente, pero la actriz Liliana Moreno tenía que regresar a Ensenada y el director se vio obligado recomponer el día y decidió comenzar en otro lugar. Todo el elenco se tuvo que mover a un rancho llamado Los Gavilanes, en Tlatenchi. Las primeras escenas de Tierra de salvajes se filmaron allí, no a las nueve sino a las 12:45.
DE LA PREPA AL CINE
El 27 de agosto, mientras esperaba a que abrieran unas oficinas para continuar con la grabación del largometraje, José Luis Vera Alamillo platicaba con uno de los actores:
-No puedes tener fallas, el tiempo es todo, tienes que hacerlo en el tiempo programado para que no se salga de presupuesto. Tu responsabilidad es entregarle a tu productor una buena película.
En esa ocasión, durante esa espera, Vera Alamillo platicó sobre sus inicios en el cine, que no comenzaron como director, sino como ayudante de iluminación en los Estudios América.
“No, yo soy director artesanal, me hice en el set, en el campo de batalla. Me tuve que preparar, tuve que estudiar”, relató.
José Luis o “Josefo” como también se le conoce en el ambiente cinematográfico, nació en la Ciudad de México, terminó la preparatoria y, por necesidades de la familia, tuvo que entrar a trabajar.
En aquel tiempo había tres empresas: Clasa Films, Estudios Churubusco y Estudios América. Clasa cerró y sólo quedaron dos. Estudios Churubusco hacía películas americanas y dejó la puerta abierta a Estudios América, que hacía lo que ahora llaman series, es decir, las series no son nuevas, se hacían hace 50 años.
Comenzó a trabajar en varias películas, en aquel tiempo largometrajes de 35mm. Pasaron los años y se fue preparando por medio de cursos, hasta que en 1972 o 1973 llegó a ser, a los 25 años, el iluminador más joven en la industria cinematográfica.
Siempre estuvo en contacto con los directores de fotografía. En aquel tiempo eran cámaras de 35mm, de celuloide, no existían, como ahora, las cámaras de video. En los Estudios había una academia de capacitación a la que podían asistir todos los que trabajaban en el set. Kodak México los apoyaba y él tomaba los cursos y capacitaciones; su interés por la cámara lo llevó a ser asistente.
DE LAS LUCES A LA CÁMARA
“De ahí entré a un grupo de los Estudios Churubusco en donde hacía documentales. Allí había una escuela de cine, porque en aquel tiempo ni en las universidades de México había carreras de cinematografía, los que querían estudiar viajaban a Estados Unidos, o lo que tenían mucha lana se iban a la mejor escuela que está en Rusia. No tuve los medios para estudiar afuera, pero me capacitaba y aprendía de los demás. Me convertí en cinefotógrafo y ahí en la escuela de cortometraje de los estudios Churubusco fui compañero con Pedro Torres, quien fue el esposo de Lucía Méndez y tenía una empresa muy grande de comerciales. Ahí conocí a Alfonso Cuarón, con quien llegamos a trabajar en varias películas americanas juntos, él como asistente de director y yo como asistente de cámara”, relata José Luis.
Pasaron muchos años y en una ocasión Tony de Anda, de la dinastía de los de Anda, uno de los hijos del Charro Negro, que era fotógrafo, tuvo la oportunidad de dirigir una película y como habían trabajado juntos le propuso debutar como fotógrafo. La película se llamó Papaya Beach; así comenzó su etapa de director de fotografía.
En aquella época las películas de 35mm se filmaban en cinco u ocho semanas, pero ya en 1986 o 1990, entró a México el videohome y se comenzó a filmar en 16 mm; las películas se hacían en dos semanas de rodaje y se ocupaba mucho menos personal, esto permitía que los directores ganaran un poco más.
SU PRIMERA PELÍCULA: TIERRA DE ESCORPIONES
Pasaron muchos años hasta que ya llegó a La Raza Mex, una compañía productora y distribuidora de las más grandes que había en el país, dedicada a hacer videohome.
Un día el productor le dijo: “¿Qué pasa si te doy la oportunidad que dirijas tu primera película?”
“La película se llamó Tierra de escorpiones, con los hermanos Almada. Fue la primera película que dirigí, échale, 23 años atrás. Entonces, ese productor creyó en mí y le gustó mucho mi película inicial, y así estuve ocho años. Normalmente hacíamos de ocho a 10 por año, era una de las distribuidoras más grandes que había en México, pero todo tiene un ciclo ¿no? hasta que se acabó el ciclo de trabajar ahí”, relató.
De ahí se fue a trabajar a Tijuana, con el productor Delfino López. Hacían películas de aventuras, de narcos, estaba muy de moda.
Pasaron los años y José Luis continúa haciendo cine, y hasta el día de hoy sigue dirigiendo. La pandemia no disminuyó la producción de películas.
EL CINE DE ANTES Y EL DE AHORA
En la opinión de alguien que ha vivido dentro del cine y del cine, todas las épocas han tenido importancia:
Vera Alamillo dijo que muchos critican el “cine de ficheras” como una etapa de decadencia; pero afirmó que ese cine dio de comer a muchas familias que trabajaban dentro del mundo cinematográfico, y fue un mercado que duraba en cartelera 50 semanas o más.
“Por allá por 1982 trabajé en películas de la India María: Sor Tequila, Ni Chana ni Juana, etcétera; y por esa misma época hubo una película muy famosa E.T., el extraterrestre, dirigida por Steven Spielberg. Pues Sor Tequila superó en cartelera a la del marcianito.
SE ACABÓ EL CINE
Para José Luis Vera el cine se acabó. Ya no es celuloide, se acabaron las cámaras grandes, ya no se “filma”, se “graba con camaritas”.
Ahora son de ocho a 10 días de rodaje cuando todo antes lo hacíamos en ocho o 10 semanas, obviamente a lo mejor hacíamos dos secuencias al día, eran mucho más cuidadas. Estábamos catalogados como el “quinto arte” (sic); y ahora ya no es arte, es harto.
Cuando llegan a venir películas americanas a México todos levantamos la mano. Para empezar se gana mucho mejor y en segunda tienes más tiempo, ahí sí te vuelves un creador. En las películas actuales sigues creador, pero no es lo mismo hacer tres secuencias en un día que quince.
SUS DIRECTORES PREFERIDOS
Son muchos los directores preferido de José Luis. Trabajó con los más importantes del cine de oro y posteriores etapas:
“Agarré de cada director lo mejor. Trabajé, con muchísimos, por ejemplo, con Ismael Rodríguez, el director que hizo a Pedro Infante, con Gilberto Martínez Solares, que hizo a Tin Tan, con Raúl de Anda, el Charro Negro, que hizo a su hijo Rodolfo, con Rodolfo, con Gilberto de Anda, con Valentín Trujillo papá, no el hijo, sino el papá, con quien hicimos Ratas de la Ciudad, por ejemplo.
LOS SIGUIENTES PROYECTOS
A parte de Tierra de salvajes, que se está grabando en Jojutla y Tlaquiltenango, Vera Alamillo trabaja en un proyecto muy importante como guionista y director. Es una película llamada Guardias Blancas, en Veracruz.
La historia está ubicada unos años después de que termina la Revolución. El gobierno no puede mandar al ejército y crea un grupo para combatir a los rebeldes. Esa película la vamos a hacer más o menos en tres semanas, un mes, porque es muy laboriosa, explicó.
GRAVEDAD
Vera Alamillo tiene varias películas favoritas y otras más que le hubiera gustado dirigir:
“Una que dirigió mi amigo Alfonso Cuarón, Gravedad (2013). O sea, toda la dificultad técnica, todas las ediciones… Es otro mundo, es otro mundo y no necesariamente hay que tener 20 o 50 actores, todo con un actor o con dos”.
José Luis Vera Alamillo nació en la Ciudad de México el 21 de junio de 1952. Tiene una vasta experiencia como guionista, director y editor de largometrajes; en su síntesis curricular destaca
Criando cuervos, 100% Cabrón, 3-A K 47 La Reyna de Sinaloa (Narco Limosnas) #1# 2 #3, Camelia La Burrera #1 y #2, Cholos Sexo Droga y Rock, El Ultimo de los Cholos # 1 Y # 2, Texana Maldita #1 y #2, La Hiena, El Buen Ejemplo, Trata de Blancas, Amor maldito, Obsesión fatal, Siete grandes Corazones, Caballo Negro, El Escorpión de la Sierra, El Tahúr, Pervertidas #3, Dos Amigos de Cuidado, El Corrido del Hijo desobediente, Una María Diferente, Sin Límite de Tiempo, Par de Pen Tontos, Trampa Marcada, Entre la vida y la Muerte, Caminos de Fe, El Amigo de Dios, Política y Corrupción, Lágrimas de Sangre, entre otras. En la zona sur, ha grabado Soy un tahúr, El panadero y sus biscochos, Por mis tierras doy la vida y Tierra de Salvajes, en proceso.