Al inicio de la pandemia Mario, si acaso, obtenía cien pesos de ganancia al día.
“Cuando llegó la pandemia algunos días no salí a trabajar para no gastar gasolina. Es cierto que bajó el precio del combustible, pero no tenía sentido porque no había clientes y por mucho me llevaba 100 pesos”, narró Mario Nava, un taxista que afirma que cuando empezó la emergencia sanitaria Cuernavaca se veía como una ciudad fantasma.
Las calles lucían vacías, los negocios cerrados y el poco ruido que se escuchaba era el que hacían los automovilistas y las rutas del transporte colectivo.
Esos días -dijo- fueron los más difíciles que ha vivido en los seis años que lleva trabajando como chofer de taxi y afirma que en siete horas laboradas con mucho esfuerzo podía reunir 100 pesos.
Señaló que esa cantidad es mínima en comparación con años anteriores, cuando el dinero que reunía al día le alcanzaba para pagar 300 pesos de cuenta a su patrón, 200 pesos para la gasolina y llevarse al menos 300 pesos diarios para los gastos del hogar.
“A veces no salía y me disculpaba con el dueño del taxi, porque solo gastaba gasolina dando vueltas buscando clientes, ahorita ya se ve la recuperación en la economía porque la gente sale a pasear”.
Refirió que actualmente sus ingresos económicos son de mil pesos en una jornada laboral de doce horas, aunque de ese total descuenta 500 para pagar cuenta y gasolina.
De su trabajo, contó que todavía hay personas que se rehúsan a usar el cubrebocas durante el viaje pero como chofer -afirma- no puede exigir cumplir con esta medida, porque cada uno es responsable de su salud.