Antes de salir a trabajar se encomienda a Dios para que lo libre de algún peligro.

Mario Hernández lleva en su taxi varios llaveros de sombrero y dos osos de peluche, como una forma de sentirse acompañado durante su jornada laboral, porque son obsequio de sus amigos y familiares.

Los peluches son regalos de su esposa y los mini sombreros de sus amigos que han visitado otros estados; también lleva un peluche con figura de caballo, obsequio de su hijo. 

“Desde hace tres años los colgué por gusto y los clientes me han dicho que se ven bonitos. Me gusta llevarlos en el carro porque es como llevar conmigo a mi familia, además, me hacen compañía. De hecho, tengo otro sombrero que no he podido colgar, pero voy a buscar la forma de hacerlo visible”, narró el trabajador del volante.

En cuanto a su trabajo como chofer de taxi dijo que todos los días da gracias a Dios y antes de salir de su casa se encomienda a Él para que lo guarde y libre de cualquier peligro o accidente, luego de recordar que hace unos diez años sufrió un hecho violento, cuando varios sujetos -que se hicieron pasar por clientes- lo despojaron de su vehículo y a él lo dejaron cerca del poblado de Tres Marías. Aunque los delincuentes dijeron que no le harían daño, Mario pensó lo peor. Aunque presentó su denuncia no recuperó el vehículo.

A raíz de esa situación, evita tomar pasaje en la calle y únicamente trabaja con los clientes que piden el servicio de radio taxi. 

Indicó que por la pandemia de covid19 la demanda en el servicio de transporte disminuyó en un 60 por ciento, por lo que actualmente su jornada laboral es de 14 horas, porque todos los días entrega 250 pesos de cuenta a su patrón.