Hace casi 11 años el presidente Felipe Calderón Hinojosa lanzaba su ambicioso proyecto de interconexión carretera llamado Libramiento Norponiente de Cuernavaca, Morelos. El magno proyecto definía estrategias que conectaban ciudades principales del centro del país con puertos fronterizos y turísticos.
Una de las estrategias era la conexión de la carretera federal Cuernavaca-Acapulco con el municipio de Temixco, Morelos. La solución era la construcción de un puente vehicular denominado Puente Apatlaco que, haciendo un paréntesis, el puente también fue impulsado por la desarrolladora Casas GEO, siendo la más interesada en su construcción ya que planeaban un proyecto “catastrófico” de 40 mil viviendas ineficientes.
Desde que empezó el proyecto surgieron temas de corrupción, coordinación entre gobiernos y situaciones internas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que desmoronarían por completo el proyecto, sin mencionar la devastadora administración del hoy difunto Gerardo Ruiz Esparza.
Hoy el Puente Apatlaco es un monumento más a la corrupción, un puente que, coloquialmente hemos llamado, “el puente sin fin”; porque desemboca en una loma desierta. La obra le ha costado al pueblo morelense cerca de 300 millones de pesos.
Después de una década el presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado, a través de redes sociales, la activación del puente y la construcción de un proyecto habitacional de alrededor de dos mil viviendas. Las expectativas dudo que sean las mejores. El gobierno debe madurar y entender que proyectos de esta magnitud e importancia no se pueden dejar en las manos de un particular, las decisiones como lo he comentado en diferentes artículos, son decisiones que se toman en conjunto con la comunidad y no por asignación directa. Se tiene que investigar, cuestionar, analizar y ejecutar de la manera más participativa posible.
Espero que con la nueva decisión del gobierno federal por activar el “monumento a la corrupción” salgan iniciativas que beneficien a toda la zona metropolitana de Cuernavaca y su sociedad.