Afirma operador que se vio obligado a solicitar préstamos para solventar gastos.
José Díaz Rojas dice que por la pandemia vivió momentos tan difíciles que tuvo que endeudarse para sobrevivir, porque sus ingresos como operador del transporte público no alcanzaban ni para comer.
Aunque en la actualidad ha visto una mejoría económica, pues cada vez hay más movimiento de personas en las calles, afirmó que no ha logrado pagar las deudas que adquirió para solventar los gastos de su casa.
“Fue una situación muy difícil porque a veces no sacábamos ni para comer y menos para los gastos de la casa. Ahorita se ve una recuperación porque ya hay clases presenciales, pero cuando empezó la pandemia los ingresos bajaron a más de la mitad y los ahorros se acabaron. Por eso tuve que pedir prestado”.
Su experiencia al volante es de 25 años y trabaja de lunes a domingo de cinco de la mañana a nueve de la noche, porque sus ingresos dependen del número de recorridos que realice durante el día.
El entrevistado señaló que durante su jornada laboral se ha encontrado con pasajeros que se niegan a usar el cubrebocas, por lo que se ha visto obligado a pedirles que se bajen de la unidad, para evitar una infracción.
“Al principio la gente se ponía agresiva, pero ya está entendiendo que la pandemia todavía no termina. Uno como operador tiene la obligación de decirles que se lo pongan porque en los operativos le llaman la atención al chofer, no al pasajero”.