Ángel lamenta que en la calle hay mucha gente que ya no usa el cubrebocas.
En los primeros meses de la contingencia sanitaria algunos operadores del transporte público trabajaban por el compromiso que tenían con su patrón, porque en lo económico a veces no se llevaban ni un peso a su bolsa, aseguró el chofer Ángel Remigio Ramírez.
“A veces no había dinero, salíamos a trabajar por cumplir con el patrón, pero en ocasiones apenas podíamos juntar lo de la cuenta y para comprar la gasolina. Le decía al patrón ‘esto salió y usted dice si le seguimos o no’, pero mi patrón es consciente y aceptaba el dinero que salía”.
Afortunadamente -dijo- no tuvo que endeudarse para solventar los gastos de su casa, pues había dos o tres días que lograba llevarse por lo menos 150 pesos.
El trabajador del volante aseguró que ni siquiera en los meses más críticos de la pandemia dejó de laborar y aunque a veces tenía que poner de su dinero para comprar el combustible, no dejó su actividad, porque tiene una responsabilidad con su patrón.
En la actualidad -señaló- hay mayor movimiento de personas en las calles, lo cual lo ha favorecido en sus ingresos diarios.
Sin embargo, lamentó que los usuarios se estén confiando en la vacunación y dejen a un lado el uso del cubrebocas.
“Cada día hay más gente que ya no lo usa (el cubrebocas) pero siempre les digo que así no los puedo llevar porque me pueden multar. Algunos hacen caso y se lo ponen porque lo llevan guardado en su mochila, pero a otros les he pedido que se bajen de la ruta”.
El entrevistado afirmó que no tenía miedo de contagiarse, a pesar de que entre su familia y conocidos hubo personas infectadas.