“Sólo tú sabes por qué nos elegiste para cuidar a uno de tus ángeles”.
Jiutepec. En primer plano está Roy Taddeo Flores Urióstegui, de dos años de edad, tiene una camisa verde, deportiva, sonríe frente al celular que apunta Rogelio Flores Nieto, su padre. Atrás se encuentra Matteo Alexander, de 10 años, vestido de Robin. Tiene un tapabocas blanco estampado de autos y palabras. Sus lentes son de mica gruesa porque no puede ver bien sin ellos. Matteo tiene poco pelo; si se le mira bien, una cicatriz grande arriba de la frente le atraviesa la cabeza de oreja a oreja. Hay más huellas por las cirugías que le han practicado, debajo de sus ropas están los rastros de los catéteres que le han puesto, y en las muñecas y brazos hay marcas mínimas de los piquetes de agujas quirúrgicas.
Él es un héroe para su hermano, pero no de los que salen de la imaginación de algún dibujante extranjero, Matteo lleva la mitad de su vida peleando contra el cáncer.
Ésta es una fotografía reciente, que Rogelio replicó en su muro de Facebook y en donde con frecuencia sube información del pequeño para comunicar a los familiares y amigos que preguntan por la salud de niño.
Día del Niño
Este sábado 30 de abril, Matteo Alexander y su hermanito Roy Taddeo celebraron el Día del Niño en su casa ubicada en la calle Luchadores, de la colonia Progreso. Por algunas horas su familia estuvo alejada de las citas en los laboratorios, clínicas y hospitales a los que el hermano grande tiene que ser llevado de manera regular y en donde es atendido para curar las secuelas de cirugías, quimioterapias e implante de médula por las que ha tenido que pasar.
El hermanito
Matteo nació el 16 de abril de 2012. En 2017 le diagnosticaron un tumor maligno en el tallo cerebral, llamado meduloblastoma clásico grado IV. En 2018 logró vencerlo después de cirugías y tratamientos. Estuvo limpio un año y ocho meses.
El 29 de abril de 2020, a las 9:57 de la mañana llegó al mundo el hermanito de Matteo.
“Con todo y dispositivo nos dieron la noticia que estábamos embarazados y Matteo feliz porque tendría un hermanito. El embarazo de mi esposa Brizeyda Urióstegui Adán fue delicado, gracias a Dios no pasó a mayores como nos decían. Mi esposa se alivió en el Hospital de la Mujer y estuvieron seis días internados. Nos habíamos esperado a que terminara toda esta historia del cáncer para tener otro hijo, pero regresó la enfermedad”, cuenta Rogelio.
Regresa
En 2020 en una resonancia de revisión detectaron a Matteo un nuevo tumor en la frente (frontal izquierdo). Para retirarlo, tuvieron que practicarle una cirugía en su frente de lado a lado. Tendría que pasar de nuevo tratamientos de radioterapia y quimioterapia.
De acuerdo con los resultados de una biopsia, la oncóloga nos dio la mala noticia de que el cáncer había regresado más agresivo y ahora, además de la radioterapia y quimioterapia, necesitaba un trasplante de médula ósea. Para llegar a ese proceso tenía que pasar por varios estudios para saber cómo estaban sus demás órganos y poder hacer el trasplante. Él fue su mismo donador de médula ósea, esto porque el cáncer no había hecho metástasis en su médula y los especialistas no se explicaban por qué había hecho metástasis en otro lado.
Pasó todos sus estudios de laboratorio e imagen con éxito y estaba listo para el siguiente paso de su trasplante, que fue la recolección de células hematopoyėticas para congelarlas y tenerlas listas para el trasplante, después de esto tenía que recibir quimioterapia (en Morelos) y radioterapia (en la Ciudad de México, en dos meses).
El año 2020 fue de estudios y tratamientos. Llegó el momento que el pequeño se tenía que internar en el Instituto Nacional de Pediatra, en la Ciudad de México, para recibir quimioterapia muy fuerte para acabar células buenas y malas, para estar limpio para ese proceso de trasplante.
El 3 de diciembre del 2020 le realizaron el trasplante. El proceso fue un éxito, aunque estuvo aislado en un área totalmente limpia en donde sólo había cuatro camas. Fueron muchos días. Tenía una dieta especial. Para entrar a visitarlo sus padres tenían que pasar por un protocolo de limpieza y cambio de ropa. En este espacio el pequeño tuvo algunas complicaciones: varias veces se le infectó el catéter puesto y se lo cambiaron. De esto tiene cicatrices. Allí pasamos navidad.
Continúan los estudios
El año 2021 y lo que va de este año, Matteo se la ha pasado en observación de las consecuencias de su trasplante, estudios de laboratorio, consultas, etcétera.
Sólo la familia sabe lo que se siente que un niño que tiene una enfermedad que aún es un enigma. Sólo ellos han recibido esa noticia que puede deshacer a los padres más fuertes y más valientes; sólo ellos pueden resistir el dolor que provoca la impotencia de ver la extracción de sangre constante para estudios de laboratorio inacabable o de las misteriosas biopsias para cirugía o de las intervenciones médicas en el cerebro del pequeño.
El hilo por el que camina el niño de una punta a otra en ese abismo del que no se regresa es delgadísimo y delicado.
¿Se puede vivir sin creer en Dios en estas circunstancias? Rogelio dice que no, que puso en manos de él a su hijo desde hace cinco años que le detectaron el primer tumor maligno en la cabeza.
El papá del niño ha contado varias veces que no sabe de dónde saca fuerzas para soportar eso, se encomienda a Dios y hasta el momento no los ha abandonado. También ha recibido ayuda de personas que se interesan por el niño, aunque ningún recurso es suficiente cuando se tiene esta enfermedad que acaba con la vida de quien la padece y va diezmando el patrimonio y la salud de todos los familiares.
“Sólo tú sabes porque nos elegiste para cuidar a uno de tus ángeles”, escribió hace poco Rogelio en el muro de Facebook donde va relatando la vida de su hijo.
La llegada de Taddeo fue una bendición en todos los sentidos, lo ha acompañado a varias consultas y Matteo se siente amado. También, sabe que es el hermano mayor y este le da fuerzas, protege a su hermano y le sirve de ejemplo.
Muchos héroes le viven
El 30 de abril los niños jugaron, ajenos al dolor, se divirtieron como si el tiempo no existiera y el instante estuviera blindado por la memoria. Fueron seres humanos que apenas están en una etapa de un desarrollo cuyo extremo no se alcanza a ver.
Matteo tiene muchos trajes de súper héroes; unos se los han comprado sus padres y otros se los han donado sus amigos.
En entrevista hace algunos años, Rogelio explicó que su hijo se comenzó a disfrazar cuando recibía quimioterapias, aunque después también se ponía trajes de súper héroes o personajes cuando tienen alguna cita en psicología con la neuropsicóloga, con la dentista, estudios de laboratorio y cita con su oncóloga.
No es gratuito que Matteo use disfraces para darse valor cuando va a enfrentar algo desconocido. No se oculta para engañar a su Destino. Su interior, más allá del veneno, está poblado por muchos héroes con súper poderes que han vencido, hasta el momento, a la Muerte.
Taddeo y Matteo.