Se endeudó con tres préstamos para solventar los gastos de su casa.
Víctor Manuel Tovar Toledo afirmó que en los 30 años que lleva trabajando como operador del transporte público solo una vez se vio obligado a dejar el volante por más de un año, debido a que cuando empezó la pandemia sufrió una trombosis que le impidió seguir laborando.
Para hacer frente a los gastos de su casa -dijo- se vio obligado a solicitar al menos tres préstamos, los cuales no ha terminado de pagar.
“Cuando llegó la pandemia me enfermé, me dio una trombosis; se me obstruyó la arteria principal de la pierna y casi me la quitan, pero gracias a Dios todo salió bien y después de año y medio regresé al volante”.
A raíz de esa situación -indicó- tuvo que endeudarse porque no solo necesitaba dinero para mantener a su familia, sino que también debía darle mantenimiento al vehículo que conduce, pues se desgasta si no está en movimiento.
El trabajador del volante contó que aunque no trabajó en los meses más fuertes de contingencia sanitaria, sus colegas le comentaban que con mucho esfuerzo reunían el dinero para comprar el combustible del camión y a veces no salía ni para la cuenta de su patrón.
“Me queda un poco más de dinero porque soy dueño del carro y no entrego cuenta, pero tengo que ahorrar para el mantenimiento y para el cambio de aceite cada tres meses, que son entre dos mil 500 y tres mil pesos; además, hay que procurar que las llantas estén en buen estado, y cada una me cuesta tres mil 500 pesos”.