Cleotilde afirma que pese a la crisis económica provocada por la pandemia, no pensó en dejar el volante.
A pesar de que sus ingresos económicos disminuyeron drásticamente a consecuencia de la pandemia de covid-19, Cleotilde Vilchis afirma que no pensó en dejar esta actividad -a la que se dedica desde hace 15 años- porque aprendió el modo.
Dice que hubo días en los que con mucho esfuerzo logró reunir el dinero para entregar la cuenta a su patrón y comprar el combustible para la unidad, pues con la llegada de la emergencia sanitaria disminuyó la demanda del servicio de transporte colectivo.
“La situación (económica) mejoró un poquito. Al inicio afectó mucho porque no había pasajeros, pero tampoco podía dejar de trabajar. A veces me iba sin un peso porque tenía que juntar el dinero de la cuenta. Por eso me endeudé para poder pagar los gastos de la casa”.
Para evitar que sus colegas se quedaran sin trabajo en los meses más fuertes de contingencia dijo que su patrón los turnó cada tercer día, pero ni así podía juntar el dinero suficiente para mantener a su familia.
Por eso -indicó- su primera opción fue endeudarse, pues, aunque hubiera dejado el volante le resultaría difícil encontrar un empleo.
“Pienso seguir en la ruta, ya llevo tiempo; ya me acostumbré a trabajar aquí. Sería difícil encontrar algo más”.