La Aepaf exhorta a celebrar en familia, para ahorrar importante sumas en festejos.
Padres de familia denunciaron que en muchas escuelas se les está pidiendo realizar elevados gastos con motivo de las graduaciones e incluso les solicitan que compren los vestuarios y paquetes de fotografías con un solo proveedor, lo que genera suspicacias sobre posibles irregularidades por parte de directivos y maestros.
De acuerdo con reportes recabados por La Unión de Morelos, hay casos en los que se exige que los graduados (en nivel medio superior y secundarias) paguen más de dos mil pesos por la renta de togas y birretes junto con la fotografía de grupo o generación y la foto individual; a otros les agregan el equipo de sonido para la ceremonia formal, entre otros gastos que son difíciles de cubrir para algunas familias.
Tal es el caso de un jardín de niños en el que se pidió a las madres de familia alrededor de 900 pesos por un vestido para el bailable de salida de tercer grado de preescolar; el precio no contempla el costo de los zapatos.
Pagar las fiestas es aparte y el monto depende del lugar, los platillos, el número de participantes y los horarios, entre otros muchos factores.
Entrevistado al respecto, el presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia, Mauricio Miranda Villalva, expuso que en la inmensa mayoría de los casos son los propios directores de planteles escolares quienes promueven estas prácticas y ponen de pretexto que fue un acuerdo entre los padres.
Expuso que como Aepaf están conscientes de que la economía en este momento no está para realizar gastos excesivos y luego de la pandemia -por la cual durante dos años no hubo ceremonias de clausura- hay un ánimo un tanto contradictorio. Por un lado, hay deseos de continuar con las tradiciones y celebrar en grande y por otro lado no se cuenta con los recursos económicos suficientes.
Explicó que se ha pedido a los comités ser sensibles a las condiciones socioeconómicas, pero destacó que en gran medida dichas actividades son propiciadas por directores y maestros de centros educativos.
Mencionó que ya se ha platicado con el director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), Eliacin Salgado de la Paz, para plantearle esta situación y que se proceda contra quienes incurran en irregularidades, como presionar a estudiantes, madres o padres de familia, o incluso condicionar que los niños y niñas participen en ceremonias o en la entrega de documentos, pues eso es ilegal y podría caer en actos de discriminación.
“Nos queda claro que hay muchos casos de manipulación donde los directores presionan y las madres se sienten obligadas, pero eso es un engaño, no son los comités o las asociaciones de padres de las escuelas, son los directores. Ellos llegan a decir con qué fotógrafo, con cuál proveedor de togas o vestuarios deben adquirir las prendas o rentarlas, con diferentes argumentos o pretextos”.
Refirió que pasa de manera similar con las cuotas. Por ejemplo, en los preescolares las aportaciones están entre los 200 y los 300 pesos, y la dinámica se va volviendo costumbre desde que los alumnos son pequeños.
Miranda Villalva expresó que la Aepaf ha recomendado que en lugar de grandes festejos -en plena quinta ola de la pandemia- mejor celebren en familia: “les hemos dicho que hagan sus festejos con sus hijas o hijos en su casa o con su familia y amigos por su cuenta, que no los les hagan el caldo gordo (a los directivos) porque hacen negocio, cobran por vestidos, música, fotos, por todo, y no podemos seguir con esta situación”, anotó.
Insistió en que se ha pedido a los diputados locales y se solicitará a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que se tomen cartas en el asunto, porque se siguen condicionando servicios al pago de cuotas, según el IEBEM.
“Nosotros no entendemos que las autoridades sí puedan gestionar recursos para el pago a maestros por diversos adeudos y prestaciones y no puedan gestionar también fondos para atender las necesidades de reparaciones de planteles”, añadió.
El presidente de la Aepaf ha señalado que los directores se aprovechan cada año porque hay mamás que son nuevas y las engañan. Mencionó que incluso cuando la asociación ha querido intervenir, “las directoras se ponen muy agresivas, como fieras, sobre todo en los kínders y las madres, por lo mismo, temen proceder”.