Llaman a mantener las medidas preventivas al menos dos semanas más.
No es momento de eventos masivos ni festejos patrios, advirtió el doctor Alejandro Flores Sánchez, integrante del Consorcio de Vigilancia Genómica de SARS-CoV- 2, al señalar que las medidas de protección se deben sostener cuando menos durante dos semanas más.
El también presidente de la Academia de Ciencias de Morelos apuntó que en México predomina la circulación de subvariantes B-A5 y B A4 de Ómicron que son sumamente contagiosas, por lo que el nivel de propagación es mayor.
El investigador del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que ha bajado la incidencia de complicación de casos, pero alertó que en algunos estados del país el porcentaje de ocupación hospitalaria está llegando al límite.
“Aquellos que están vacunados tienen menor riesgo, pero con las personas que son vulnerables, como adultos mayores de 50 años con comorbilidades y los inmunosuprimidos, con estas poblaciones se pueden saturar los hospitales”, explicó.
En torno a los festejos patrios y movilizaciones masivas como la reciente elección interna del partido Morena, entre otras, el investigador respondió: “no son prudentes en este momento, nunca han sido prudentes incluso antes de la pandemia, pero ahorita menos. Hay que aprender de esta desgracia y, finalmente, con este conocimiento ser mucho más precavidos y no tener estos eventos. A pesar de que sean al aire libre, la sana distancia se va a romper; aun cuando el avance en vacunación es importante y es importante que se mantenga el uso del cubrebocas”.
Enfatizó que hay otro aspecto del que casi no se ha hablado y que es fundamental: los síntomas postcovid, porque se ha observado que a largo y mediano plazo son muchos los síntomas inhabilitantes y que a la larga afectan la salud de los mexicanos y que van a generar una carga al sistema de salud y una falta de productividad en el país, porque si hay gente enferma crónicamente, la población no puede producir y no puede tener una calidad de vida digna, y económicamente podría dejarle al sistema público “una carga que podría llevar al colapso”.