Un Plan de Regeneración Urbana (PREU) es la herramienta que ha transformado a las ciudades desde finales del siglo XX.
El PREU consiste en la intervención de zonas urbanas consolidadas dentro de los centros de ciudad y se utilizan para revertir fenómenos urbanos y sociales que están en decadencia económica, demográfica, política y social, a través de intervenciones arquitectónicas y de diseño urbano que en mucho de los casos tienen un trasfondo político, pero con una acción pública bastante intensa.
Hay diferentes estrategias que debemos enfrentar para la regeneración urbana. Por lo general se reubican actividades, empresas y en varios casos a los residentes de forma temporal.
Otro punto es la reestructuración de la infraestructura urbana, la modificación parcial o total de los usos de suelo y de la estructura legal de la propiedad.
Llegar a tener éxito en el PREU necesita voluntad política y social, con un enfoque integral que relaciona aspectos legales y financieros que se destinan a construcciones de perspectiva social y medioambiental.
El objetivo principal es el bienestar común de la sociedad, mejorando su calidad de vida y modelando nuevos tejidos sociales con el deseo de hacer nacer identidades que den pertenencia al barrio sin generar gentrificación forzosa de la población, es decir, el desplazamiento de su núcleo social.
Por consecuencia, tenemos que promover la regeneración urbana participativa e incluyente que den resultados en ciudades más amigables y sostenibles.
La intervención exitosa del PREU sobre el polígono urbano impactará de forma positiva y siempre deseando que así ocurra, en el incremento del valor del suelo y en círculos económicos que impulsan la riqueza completa del barrio, consolidándose como una zona productiva y segura.
Estrategias de esta magnitud requieren recursos estratosféricos que no solo recaen en manos del gobierno, empresas o del mismo financiamiento económico, sino del esfuerzo social por salir adelante, ya sea por amor propio, familiar o de tu ciudad.