Filiberto asegura que desde que era niño pensaba en ser chofer, un sueño que realizó tras cumplir la mayoría de edad. Aunque ha tenido la oportunidad de laborar en algún trabajo de oficina, dice que siempre regresa al volante porque es su pasión.
Su vida laboral empezó a los 18 años y si bien ha trabajado en diferentes empresas, afirma que lo que más le gusta es el transporte público.
“Yo soy de Veracruz y allá tenemos la costumbre de saludar a todos; les damos los buenos días o les damos las gracias, pero aquí hay unos (pasajeros) que no responden”, señaló cuando habla de su día a día.
En el transporte -indicó- hay de todo, pues, así como hay pasajeros que no lo saludan también hay otros que le han regalado una fruta o una botella de agua.
“En la ‘ruta’ estamos los que nos gusta el trabajo porque a veces nos levantamos a las cuatro de la mañana y llegamos a la casa a las diez de la noche. Aquí se trabaja todo el día, pero uno se acostumbra a las desveladas y a no comer bien, porque el volante sí es pesado”.