Sociedad

El escritor y el agradecimiento


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El escritor y el agradecimiento
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Ser agradecido no es algo natural, se enseña de la mejor manera o se aprende de la peor forma. Ser educado en el agradecimiento es comprender que no lo mereces todo y que, si alguien te da, se esforzó para hacerlo.

Una persona agradecida siempre será bien recibida. Tremenda verdad, sobre todo comparada con su espejo: una persona malagradecida nunca será bien recibida. El agradecido donde quiera cabe, el otro da guácala; sin importar qué tanto se aleje, consigo llevará la penitencia.

Ser agradecido es hermoso: es reconocer al otro, en sus diferencias y semejanzas, virtudes y defectos. Agradezco lo que recibo, porque lo merezco, pero igual digo “Gracias, lo necesitaba, me hacía falta” o ya de plano “Lo quería, se me antojó”.

Recibir es bello, sí, aunque que dar es más satisfactorio. Importante: no es necesidad de quien da recibir agradecimiento, sino al revés, es responsabilidad de quien recibe agradecer. Si el que da no recibe las gracias, no pasa nada, seguirá dando (o no), según sea su voluntad; pero si una persona recibe y no agradece, ya no querrán darle.

Curiosamente, los malagradecidos piden más y más, nunca están satisfechos; cuando alguien ya no les da, buscan a otro que les dé aquello o más. El malagradecido no cree merecer, sino que considera que el otro está obligado a darle, cuando no es así.

Ser malagradecido es horrible. Un malagradecido no podrá permanecer mucho tiempo en determinado ambiente o contexto, las personas se darán cuenta y tratarán de evitarlo (ojo con quienes no tienen amigos). O se va o lo expulsan. Ser malagradecido se nota, aunque trate de ocultarse.

A veces el malagradecido recibe algo para dárselo a otra persona, y así obtener un agradecimiento (inmerecido), que lo hará sentirse generoso, lo que, a su vez, le permitirá pedirle a quien le dio algún favor de vuelta.

La reciprocidad tampoco es natural, ni se enseña en las escuelas, se aprende con la experiencia y se decide ser o no ser recíproco, lo que significa que cuando estás en una relación de igualdad o equidad con otra persona ambas pueden darse mutuamente.

El agradecimiento es independiente de la reciprocidad. O sea, vale la pena ser recíproco, cierto, pero igual hay que agradecer lo que se recibe: si te dan, agradece, aunque tú también des y te agradezcan. Así se cierra un ciclo asertivo de compartir y colaborar.

La gente habla porque tiene boca, pero si el río suena es porque agua lleva: para las personas en general es claro quiénes a su alrededor son agradecidos, generosos, recíprocos y quién es más bien encajoso, malagradecido, díscolo.

Ser agradecido no es natural, es artificial, algo inventado, podría decirse que es un constructo, o sea, un fenómeno comprendido de forma abstracta, que, como toda sabiduría popular, está probada y tiene un uso práctico. Así, podríamos afirmar: “Bienvenido, señor agradecido” y “Hasta nunca, señora malagradecida”.

Lo que es parejo no es chipotudo, lo sabemos bien, porque quien no agradece puede defenderse diciendo “Yo no se lo pedí” o “Era su gusto dármelo”, pero igual estiró la mano y gozó de lo recibido.

Cierto, en quien da hay un gusto por hacerlo, y a veces hasta una necesidad neurótica, pero de que da, pues da; y, repito, no se pretende un “gracias”, pero se agradece escucharlo. Ahora bien, el agradecimiento, más que con palabras, se demuestra con hechos. Y una de las cosas que más se agradecen (como símbolo de agradecimiento) es que la persona, cuando menos, no moleste. Si recibió, pues ya, que por lo menos no enchinche. El mejor agradecimiento, a veces, es alejarse y cerrar el pico.

La otra forma de aprender a ser agradecido es por la mala: y en esto no hay persona que ejecute las lecciones, sino que es la vida misma la que te da la oportunidad de aprender, pero ahí ya va con su respectivo dolor o sufrimiento.

Suele pasar que al agradecido le va bien y al malagradecido le va mal o peor. Hay que ser agradecido, aunque sea por conveniencia.

Así que, gracias por todo, mi querido lector, nos vemos la próxima semana.

#danielzetina #unescritorenproblemas #elagradecimiento

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Daniel Zetina

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