“De repente voy manejando y en cuestión de segundos se me olvida y digo ‘¿qué pasó? ¿para dónde voy?’, pero es en cuestión de tres o cuatro segundos y de inmediato reacciono. Me quedo sorprendido porque es algo que nunca me había pasado”, contó Jorge Martínez, quien trabaja como chofer de taxi y fue víctima del covid 19.
Sin embargo, señaló que a pesar de esos malos momentos no ha pensado en dejar el volante, porque es su única fuente de ingresos y además debido a que hizo el sacrificio para comprar el vehículo y de esa forma dejar de entregar la cuenta.
Jorge reiteró que la momentánea pérdida de memoria que sufre es secuela del covid-19.
También se ha percatado de que durante el día su cuerpo se debilita más que antes de que se contagiara, por lo que tiene que tomar un descanso.
Contó que a los tres meses de que se registraron los primeros casos de coronavirus en la entidad, su papá se infectó y al poco tiempo él resultó positivo al virus. Su progenitor falleció.
“No sé dónde me contagié porque los clientes no dicen ‘estoy enfermo’ o ‘llévame al hospital’, pero me di cuenta porque acompañé a mi papá a hacerse la prueba y también me la hice. En mi caso no fue necesario ir al hospital, solo me resguardé en la casa y con todos los cuidados, pero mi papá no resistió y murió”.
Por la pandemia -apuntó- sus ingresos económicos disminuyeron de manera considerable; sin embargo, gracias a sus ahorros no tuvo que endeudarse para solventar los gastos en su casa.
Aunque a la fecha ha observado una mejoría en sus ingresos, dijo que no obtiene lo mismo que recibía antes de la emergencia sanitaria.