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Van para los 80 años “Los tamalazos” en Tetelpa


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Van para los 80 años “Los tamalazos” en Tetelpa
Fotógraf@/ MÁXIMO CERDIO
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Aquí el templo de tosca gradería
el ídolo hecho un Dios omnipotente
y del pueblo la sorda gritería
al verlo bautizar con sangre hirviente...
Aquí, el carcax, el arco y la rodela
de tosca piel, con plumas adornadas.
La aguada flecha que en los aires vuela,
y la macana en pedernal labrada.

JUAN DE DIOS PEZA, EN “México y España”

Zacatepec. Tras dos años sin representación de “la toma de la Alhóndiga de Granaditas”, o “Los Tamalazos”, los habitantes del pueblo indígena de Tetelpa estaban ansiosos por salir a combatir, ya por los españoles, ya por los indios, o solamente a ver cómo sus vecinos arreglaban sus diferencias en el campo de batalla.

A pesar de que el Comité de Fiestas Patrias no cumplió y dejó muchos asuntos sin resolver, pudimos preparar todo para que podamos hacer los tamalazos, dijo uno de los pobladores de Tetelpa, que lleva más de 30 años apoyando en la organización de esta puesta en escena de teatro campesino.

Desde que los protagonistas salieron de la Ayudantía Municipal ubicada en la calle Vicente Guerrero hacia la Unidad Deportiva Las Granjas, hubo expectación. Había vecinos afuera de sus casas y montoncitos de fuereños.

Al final hubo banda de viento y festejos en las calles y en las casas particulares. El pueblo había hecho catarsis y tendría buen material para contar en las reuniones del día siguiente donde se cortaría la cruda.

No fue “lo mismo”. Para los pobladores que se quedaron en casa porque ven “siempre lo mismo”, en esta ocasión se perdieron de varias imágenes que le dieron color al evento

Uno. Un grupito de varios gays miraba asombrado a la reina de España vestida de rojo en un caballo, sosteniendo la bandera, sonriendo, mientras les papaloteaban las pestañotas.

El hombrerío que pasó arrastrando los cañoncitos los vio con rareza, pero uno comentó, casi frente a la mampada, “se ve que traen dinero”.

Dos. Es común que en los tamalazos el grueso de las mujeres tome papeles pasivos, de proveedoras y ayudantes de los valientes que arriesgan su vida por una patria que no existía y que tampoco se llamaba México, pero esta vez las indias se organizaron en dos grupos”.

Durante los cuatro ataques a la “fortaleza”, cerca de 10 mujeres guerreras se partieron su madre como cualquiera de los “calzonudos”, y en el momento final en que el Pípila logra prender fuego a la puerta de la alhóndiga y los indios se aproximan al edificio para matar a los españoles y tomarla, las mujeres abrieron toda su fiereza desde el medio del grupo de ataque.

Tres. No podía faltar, y ojalá nunca falten, los beodos: sirven de escarmiento y mal ejemplo, que es el ejemplo que más sirve. Hubo dos o tres borrachos que, animados por su amor patrio (inexistente la Patria y que menos se llamaba México) se le fueron a golpes sus oponentes españoles, pretextando que los habían visto “feo”; por fortuna, las hermanas, suegras, novias, esposas, los retiraron del campo de batalla, empujándolos con mentadas de madre.

Cuatro. El Miguel Hidalgo y Costilla más grande de Tetelpa fue éste. Con un metro noventa y dos centímetros de estatura, Jesús Almanza Escorcia, en el papel del Padre de la Patria, repartió madrazos a diestra y siniestra.

Cinco. Algunos comentaron que extrañan al profesor Arturo Noguerón Ochoa en la crónica de esta hazaña bélica. Irían, de nuevo, a pedirle de nuevo que tomara el micrófono y regañara, con esa autoridad que sólo él tiene y que le dan los años.

Seis. No hubo saldo blanco. Un indio fue alcanzado por un tamalazo en el parietal izquierdo que le hizo perder el equilibrio y cayó y quedó fuera de combate. Sus compañeros lo ayudaron a pararse, pero no podía, y personal de Protección Civil lo trasladó a las ambulancias de la Cruz Roja.

El golpe era fuerte y necesitaba que le tomaran rayos X, por lo que se pidió a los familiares del herido que acudieran para trasladarlo al hospital.

Un muchacho, atravesado por varias caguamas, llegó a la ambulancia a decir que nadie conocía el nombre del caído: le dicen El Pepino, así vocéenlo, sugirió, y eso hicieron.

“Masculino de 26 años policontundido, que sufrió una lesión durante el evento. Se le brindó la primera atención en la ambulancia y, por solicitud de sus familiares, fue trasladado a los Servicios Médicos de Cruz Roja Mexicana, Delegación Jojutla. Se le retomaron placas y se le suturó. Fue clasificado como de Segunda prioridad. Salió caminando”.

*Con una pausa de dos años por la pandemia decretada por la enfermedad de coronavirus (COVID‑19) provocada por el virus SARS-CoV-2, la “Representación de la toma de la Alhóndiga e Granaditas” o “Los Tamalazos”, cumplió 79 años: por iniciativa de Arturo de Montealegre y su esposa Antonia de Oropeza se realizó la primera representación el 16 de septiembre de 1943. La tradición continuó, pero se suspendió por diez años, y en 1972 Pablo Zavala de la Rosa (RIP) la retomó para continuarla, hasta que hace dos años se suspendió por la contingencia.

 

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Máximo Cerdio

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