El Feng Shui es una disciplina taoísta basada en el flujo de energías. Esta fundamentado en la naturaleza y en cómo sus fuerzas influyen en nosotros. Tales principios son aplicados en los espacios para hacernos sentir en armonía e incrementar el potencial durante el uso. De ser posible se integran los elementos originales en la arquitectura (agua, fuego, tierra, aire, etc.) pero de no ser así se utilizan simbolismos en su representación (colores, objetos, iluminación y hasta olores). En pocas palabras el Feng Shui es una filosofía que integra a nuestro modo de vida todo lo relacionado con lo natural.

Hace poco leí el libro de Guadalupe Nettel El matrimonio de los peces rojos. Habla de la relación que tenemos con los animales desde ciertos comportamientos parecidos y ha sido muy interesante reflexionar sobre ese tema. A veces pensamos que no tenemos que ver los unos con los otros, y cómo no vamos a pensar eso si el único contacto que muchos tenemos con ellos es por medio de los animales domésticos, aparte de un nulo interés que mostramos en aprender sobre ellos. Creo que nos sorprenderíamos de los paralelismos que podemos llegar a identificar.

También leí sobre algunas ideologías esotéricas relacionadas a los animales. Una en particular me atrajo por peculiar: dice que los animales son los niveles de desarrollo por los que tenemos que pasar en otras vidas para llegar a tener el privilegio de ser humanos (dudo mucho que ser humano sea un privilegio) También dice que en nuestra vida como homo sapiens conservamos vestigios de los animales por los que transitamos, en nuestro carácter, personalidad, incluso físicamente. Es una idea que me agrada imaginar, pero puede llegar a ser injusta porque por tales creencias a veces se sacrifican animales inocentes. No alcanzamos a entender todavía que si queremos tener algunas de sus cualidades el camino no es ni matándolos ni encarcelándolos.

Existen algunos rituales chamánicos que utilizan la imagen de un animal aplicada directamente sobre la piel de quien necesita ser curado y sanarlo trasmitiéndole la fuerza de su animal protector. Es indiscutible que la influencia de los animales fue más significativa para nuestros antepasados ¿pero por qué no retomarlo en la actualidad para hacer significativa y enriquecedora la existencia desde otra perspectiva?

Pensar en el tema y en estas lecturas me redirigió a otro tipo de análisis: De qué otras maneras nos podríamos relacionar con ellos en la acción de habitar, incluso saber cuáles formas existen actualmente. Lo que vino a mi mente en automático fue el Feng Shui. Sin embargo, fue muy poca la información que encontré al respecto de primera mano en internet.

Hay cuatro animales arquetípicos relacionados a los puntos cardinales que se repiten en todas las publicaciones sobre animales y el Feng Shui: tigre (oeste, metal, blanco); dragón (este, madera, verde); tortuga (norte, agua, negro); fénix (sur, fuego, rojo); serpiente (centro, tierra, amarillo).

No sólo contamos con esos cinco animales en el planeta. Entonces creo que el estudio debería ser mucho más extenso y tocando otros puntos de análisis. Quiero dejar claro que me parece excelente idea integrar a los animales y su energía a nuestros hogares y espacios habitables en general, pero de manera simbólica, porque no va a faltar el corto en luces que va a querer (como ya ha sucedido) meter a un tigre a su residencia para que la fortaleza del animal fluya en su vida.

Cuando visualizo a los animales silvestres siempre les veo actividad. Sabemos que la mayoría de los animales tiene guaridas para sus momentos de reposo, lugares que nos remiten nuevamente al concepto de nido ya desarrollado por el filósofo Gaston Bachelard en torno a la psicología de lo habitable en el humano. Yo creo que seria un buen punto de partida.

Por alguna u otra razón nos sentimos atraídos por ciertos animales y los terminamos convirtiendo en nuestros tótems. Pienso detenidamente en la manera de cómo integrar las características animales a un espacio sin caer en lo obvio (estampados de pieles) o cruel (cabezas, pieles o cualquier otra parte del animal). Es un reto grande pensarlo para un destino de geometrías arquitectónicas.

Insisto en la sutileza y en lo sugerido en este tema para el campo de la arquitectura porque me he encontrado con alguno que otro invento que es totalmente literal con las formas animales y deja a un lado lo artístico y funcional. Pero también creo que lo que funciona en arquitectura puede funcionar de otra manera en otras áreas, como por ejemplo en el diseño industrial.

Esto me recordó al diseñador Maximo Riera y su colección Animal Chair de sillas zoomorfizadas. Es un trabajo espectacular que se inclina muchísimo más al lado de lo escultórico, en mi opinión. Vale la pena que le den un vistazo a su obra. Riera no es el único que ha incursionado en explorar la animalidad en su trabajo. También lo hacen otros artistas como, por ejemplo, Troy Smith y su silla Star Lounger o la silla Butterfly de Eduardo García Campos, entre otros tantos diseñadores.

Para adaptar una idea a la arquitectura primero hay que soñarla, subjetivizarla, para que después tome otras dimensiones una vez que ya haya pasado por la mano de la musa. Mientras tanto me quedaré imaginando una casa literaria que tenga un alma animal o varias, para en un futuro poder vaciar la idea en geometría.