Las calles en mal estado afectan la suspensión de los camiones, lamenta Abraham.
“Dentro de 10 años voy a dejar el trabajo. Estoy esperando a cumplir a 70 años de edad y ahí lo dejo. Aunque puedo decir que no es una labor cansada; no me estresa y duermo a mis horas, pero mi cuerpo ya quiere un descanso”, refiere Abraham Suárez Ruiz.
Dijo que tiene una trayectoria de 36 años como trabajador del volante, y a pesar de que su jornada laboral empieza a las 6 de la mañana y termina a las 9 de la noche, asegura que no es estresante, pues en ocasiones tiene tiempo suficiente para descansar en la base de la organización.
A sus 60 años de edad -afirma- se siente fuerte para seguir al volante, sin embargo, piensa dedicarle 10 años más y luego retirarse para estar con su familia.
“Me han dicho ‘a usted no le preocupa nada y para su edad está fuerte para seguir trabajando’, les digo que sí porque así me siento; trato de no estresarme y dormir bien y a veces durante el día cuando me quiere dar sueño me compro un refresco”.
De acuerdo con el entrevistado, lo que a veces le causa estrés es lidiar con los pasajeros, pues se ha encontrado con todo tipo de personas, desde los agradecidos hasta los que se molestan por cualquier situación.
“Los pasajeros quieren excelencia en todo, pero, por ejemplo hay calles que están llenas de baches y los brincos no sólo molestan al usuario, también dañan la suspensión de los carros y se tiene que cambiar por lo menos cada año”.