Me hice pocas veces esta pregunta, no dudé de ser artista, pero me parece interesante ahondar en el tema. Habría estudiado derecho o economía, ámbitos que aún me atraen. No habría ejercido como abogado o economista, en todo caso, me dedicaría a la investigación o la administración pública, en una universidad, quizás.
Lo que siempre llamó mi atención con fuerza fue el conocimiento y su impacto en la sociedad, es decir, cómo las ideas se ponen en acción y permiten cambios, transformaciones, diálogo; o pérdidas, crisis e injusticias. Lo que se piensa en función de sus resultados. Me queda claro que pocas son las ideas que hacen una diferencia y seguir la ruta de las mismas en la historia es fascinante.
Fue curioso que, al estudiar letras, al inicio tomaba clases en la Facultad de Derecho, donde platicaba con colegas de asuntos jurídicos y sociales. Quizás habría terminado trabajando en derecho constitucional o en leyes relativas a derechos educativos, culturales o artísticos. A la fecha conservo relaciones con abogados, que se han desarrollado en docencia o investigación, pero también en política, medio ambiente o en el activismo. Habrían sido parte de mi ecosistema de cualquier forma.
Claro que quería cambiar el mundo, ese siempre fue mi propósito, hacer de este valle de lágrimas un sitio mejor para disfrutar, amar y servir. Parece que desde la legislación o el derecho no podría haber hecho mucho, en especial porque la política dicta la agenda legislativa, lo que tiene mucho que ver con arreglos sexuales, cochupos, corruptelas y sobre todo una gran ignorancia de quienes por ahí transitan, que no rebuznan porque ni entonados son.
Quizás si me hubiera dedicado a hacer carrera política, habría podido ser un ente transformador de mi sociedad morelense, pero tampoco es seguro, veamos cómo está la cosa hoy y recordemos que la política, dice un dicho, es el arte de tragar caca y no hacer muecas, algo que no va conmigo.
Estudiar economía era menos factible, la facultad estaba más lejos, yo no tenía nadie en la familia relacionado con el tema y era de lo que más ignoraba, en parte porque se ve poco en la preparatoria, bueno, en la vida mexicana en general sé nada de economía. Siempre me ha parecido que se oculta la economía para que el pueblo sepa poco y se haga ideas extrañas en su cabeza.
Algo que me ha intrigado siempre es por qué el mundo se divide en solo dos sistemas económicos: capitalismo y socialismo. Sé de los perjuicios de ambos y nunca me he inclinado marcadamente por ninguno. Aunque me llegué a considerar de izquierda, nunca tuve por ídolo al gran asesino serial argentino Ernesto Guevara, alias exterminador de homosexuales, que quizás lo hacía para ocultar sus verdaderas preferencias sexuales hacia los guerrilleros que lo acompañaban, y con quienes quizás se besuqueaba en las largas jornadas de matanzas. Por otro lado, asumo mis necesidades y privilegios capitalistas.
Capitalismo es libre mercado, propiedad privada, matrimonio, monogamia, machismo, patriarcado, entre otras linduras, además de que tiene resultados tan patéticos como la guerra, la cocacola, el imperialismo, la esclavitud, la polución, la piratería y la corrupción. Ventajas tiene, no hay duda, pero siempre limitadas para pocos, en especial los dueños de las ideas o de los medios de producción.
Socialismo es algo que aún no comprendo bien, porque por un lado incluye el discurso panfletario de que el pueblo no muera de hambre y por otro lado su cara más conocida son las dictaduras, una combinación como de hacer príncipe a un pordiosero en un desierto y sin ojos; bastante confuso.
¿Existe la posibilidad de proponer una nueva forma de gobierno y administración? ¿Algo más equilibrado con los recursos, más humano, menos violento y con prácticas equitativas? Lo más seguro es que no, que sea imposible, por lo tanto, es una utopía.
La utopía es más cercana a la literatura que la economía o el derecho. Mi lugar en el mundo no pudo ser mejor que el arte, desde donde, con libertad y conocimiento, entre libros y discursos, por mí y por todos mis amigos, transformo el mundo día a día.
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