“Si supiéramos lo que estamos haciendo, no se llamaría investigación.”
Albert Einstein
La investigación es un proceso que se desarrolla de forma consciente, sistemática y ordenada y que busca la respuesta de la realidad que, muchas veces, es difusa y compleja. La investigación interactúa desde la propuesta utópica hacia la realidad misma, detecta problemas para solucionar de una manera teórica y práctica. Se concibe como una indagación, el seguimiento de un interés común o bien la definición, propuesta y determinación de una solución a un problema específico con límites claros y precisos.
Los temas de investigación deben plantear retos sociales y metas que sean alcanzables de tal manera que esto no se vuelva motivo constante de frustración.
La importancia de un taller de investigación en nuestras sociedades conlleva al desarrollo del bienestar común, al desarrollo de la ciencia, la humanidad, la tecnología y en casos específicos, el arte. En adición, el proceso debe ser curioso e intuitivo para que el investigador cree su propia hipótesis.
Los investigadores no necesariamente deben tener un título que los avale para la realización de dicha actividad, no se necesita entrenamiento especial, grado académico o especialización. El investigador y en particular sobre arquitectura necesita curiosidad y profundo interés por la búsqueda de la verdad, la creación y el desarrollo social.
La curiosidad es el principal motor de la investigación. Junto con el seguimiento ordenado, pero intuitivo es la base del proyecto de investigación.
Plantear un taller de investigación no se resume solo en la publicación del mismo. Investigar aporta conocimiento y difunde nuevas soluciones que antes no se habían trazado.
La idea de concebir la arquitectura ha cambiado con la historia, hoy en día, los proyectos se justifican desde el colectivo social, urbano, político, económico y sostenible de una sociedad cada vez más compleja e idealista.