Hace 20 años, Rigoberto López dejó su trabajo de chofer de taxi para probar suerte como checador de “rutas”. Aunque en su momento pensó que sería una actividad temporal, con el paso del tiempo se acostumbró a esta rutina, tanto que no ha pensado en dejarla.
Señaló que está consciente de que por trabajar en la informalidad no tiene derecho a una jubilación, pero aseguró que le gusta este trabajo porque puede disponer de su tiempo. Además, en ocasiones obtiene buenos ingresos, porque cada operador de la Ruta 1 que atiende le tiene que dar una propina de cinco pesos, como mínimo.
Admite que así como hay días buenos los hay flojos, pues cuando hay cierres de vialidades por las manifestaciones -como ocurrió ayer sobre la avenida Morelos sur- sus ingresos económicos disminuyen de manera considerable y a veces llega a su casa sin un peso en su bolsa.
Explicó que sus ingresos económicos varían diariamente, debido a que a veces solo trabajan 40 camiones de la Ruta 1 y a pesar de que la jornada laboral empieza a las cinco de la mañana, los choferes le dan su propina a partir del segundo recorrido, que es a las nueve.
“Me gusta mucho este trabajo, pero a veces es estresante, porque cuando hay tráfico nos tenemos que mover, hay que alcanzar al operador para que pueda checar a tiempo y no pague los ‘minutos quemados’ y es cuando nos exponemos a sufrir un accidente vial”.