“Ya no quise seguir en la escuela. Mi papá me mandaba a la escuela y yo le decía ‘es que no me gusta’ y ahora digo ‘mejor hubiera estudiado’, porque trabajamos desde las cuatro de la mañana hasta las diez de la noche y llega un momento del día en que te da sueño”, expresó Fernando Padilla García.
Cuando terminó sus estudios de nivel básico -dijo- empezó a trabajar como chofer de un camión de volteo y al cumplir la mayoría de edad buscó trabajo en una línea de transporte público.
Actualmente Fernando trabaja en la Ruta 17 y aunque asegura que está a gusto en esta actividad porque ha logrado mantener a su familia, señala que una de las desventajas es que no tiene seguro social, por lo que no sabe qué hará cuando tenga que dejar el volante.
“A veces pienso en dejar este trabajo, pero también creo que es difícil que me contraten porque no tengo estudios y me han dicho que en las fábricas pagan muy poquito, y aquí por muy poco al día no llevamos unos 300 pesos, pocas veces nos vamos sin un peso”.
Indicó que hizo un esfuerzo para que sus hijas terminaran sus estudios, pero solo concluyeron el nivel medio superior y luego se casaron, pero a sus dos hijos pequeños los motiva para que estudien y no sigan sus pasos, pues ser chofer es cansado, porque dedican más de 15 horas diarias al volante.
“A mis hijos les digo que estudien porque no es fácil trabajar sin tener estudios y en la ‘ruta’ es cansado, y a veces te quiere ganar el sueño en el camino, pero tienes que aguantar”.