Francisco Aguilar Martínez afirmó que diariamente trata de brindar un buen servicio como chofer del transporte público, pero desafortunadamente nunca falta un pasajero de mal humor que tiene prisa por llegar a su destino y que se queja porque piensa que conduce despacio.
Incluso, señaló que algunas personas lo han insultado, pero no saben que como operador tiene que respetar el tiempo de recorrido que le indican en la base, para evitar pagar multas.
“Uno siempre trata de ser amable y de dar un buen servicio, pero hay pasajeros muy exigentes y quieren que vaya rápido porque se les hizo tarde para llegar a su trabajo. Algunos hasta nos insultan. A mí me han dicho idiota, pero no hago caso porque no me gusta pelear”.
A decir del trabajador del volante -quien tiene una trayectoria de 15 años- ha escuchado quejas de personas adultas mayores, las que aseguran que los operadores no detienen la unidad cuando ellos hacen la parada, con tal de no aplicar los descuentos del 50 por ciento.
Aunque Francisco está consciente de que también llegará a esa edad, justificó el actuar de sus colegas al señalar que ese descuento lo pagan los choferes y no el gobierno ni sus patrones.
Lo anterior -indicó- le afecta en sus ingresos diarios, pues en ocasiones suben hasta 20 personas con credencial del Inapam, por lo que deja de recibir entre 50 y 100 pesos diarios.