El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido.
Winston Churchill
La corrupción tarde que temprano sale a la luz. La política de nuestros gobiernos nos ha mentido una vez más y ahora toco el turno de la plaza pública más importante del estado de Morelos, la “Plaza de Armas”.
Hace unas semanas en este espacio público floreció lo que podría ser uno de los hechos de corrupción más descarados de los últimos años en el estado de Morelos. El piso de la Plaza de Armas se levantó después de un estallido, dejando secuelas importantes en sus pavimentos, motivo por el cual ha sido cerrada para su análisis y cuidado de los usuarios.
Lo descarado es que el mismo espacio público fue remodelado en su totalidad en el año 2016 por el gobierno en turno de Graco Ramírez; un gobernador muy criticado por sus actos de corrupción. Lo más insólito del asunto recae en el costo que tuvo la Plaza de Armas en el año 2016, un costo promedio de 49 millones de pesos, remodelación que a mi parecer dejo mucho que desear, parecía más un cambio de materiales y de colocación de vegetación de bajo costo que una verdadera transformación de espacio público.
Hoy en junio del año 2023 que suceda lo anterior, es una situación de suma preocupación porque no vemos en ningún momento la forma de salir de la corrupción y son décadas y décadas de lo mismo y no hay persona que tenga el poder o el valor suficiente para detener esto.
Ahora lo sucedido hace unas semanas pone en duda las acciones del gobierno anterior, aunque después de quince días de lo sucedido no se tiene aún un peritaje correcto de qué es lo que sucedió.
Es tiempo de espera y ver cuál es la decisión final, pero sin que se olvide que se requieren recursos para otros espacios públicos, situación que sí es de verdadera urgencia tratar el tema.