Daniel Martín acepta que tuvo la oportunidad de continuar con sus estudios, pero desde que era niño descubrió que su pasión era el volante y cuando terminó la secundaria le dijo a su papá que su deseo era empezar a trabajar.
Al terminar sus estudios de nivel básico empezó como chalán de albañil, aunque tiempo después lo dejó para trabajar como chofer de pipas.
Actualmente, Daniel Martín Velázquez Sánchez trabaja como operador en la Ruta 17, un oficio que aprendió de su padre, quien también es chofer en esta organización desde hace 39 años.
"Es el trabajo que me gusta y que me enseñó mi padre. Mi papá trabaja en el transporte público desde hace 39 años y gracias a este trabajo nos sacó adelante. Veía que casi no estaba en la casa, pero nunca le dije nada y ahora entiendo que los padres hacen todo para dar lo mejor a sus hijos".
Como padre de familia -indicó- tiene que hacer sacrificios para que a sus hijos no les falte nada. Por eso, ahora entiende a su papá, que tenía poco tiempo para estar con la familia.
Daniel recordó que cuando tenía ocho años de edad, en las vacaciones escolares acompañaba a su progenitor en su jornada laboral y afirma que desde entonces descubrió que quería ser chofer y cuando tuvo oportunidad le pidió que le enseñara a manejar.
Su papá accedió, pero le advirtió que ser chofer es una labor arriesgada y una gran responsabilidad, porque llevan a más de 30 personas a su cargo.
"Me dijo que es un oficio bonito pero hay muchos peligros y que todo se haga con precaución. Él me enseñó a ser chofer. Me acuerdo que desde niño me llamaba la atención y en las vacaciones me venía a trabajar con él, me gustó y aquí sigo".
Afirmó que le gusta su labor, pero reconoció que es cansada porque diariamente se levanta a las cuatro de la mañana. De vez en cuando puede descansar, siempre y cuando tenga a una persona que lo cubra ese día.
Además -apuntó- es una actividad estresante porque algunos pasajeros que van de mal humor pretenden desquitarse con el operador, al señalar que manejan despacio cuando no saben es que tienen que respetar el tiempo que le indican en la base.
De sus ingresos, comentó que en ocasiones con mucho esfuerzo reúne el dinero para la cuenta y el combustible.
"Aquí vamos al día, nos puede ir bien un día y otro no, pero así es este oficio. Siempre digo que primero hay que dar gracias a Dios que acabaste bien tu día y llegaste bien a casa. Para mí eso ya es ganancia, además, de que siempre hay por lo menos para comprar frijoles".
El entrevistado refirió que también trabaja como chofer de pipas, pero en temporada de lluvias disminuye la solicitud de ese servicio, por lo que regresa a la “ruta”.