Sergio Martínez Hernández, quien trabaja como chofer de taxi en Tlaltizapán, asegura -al igual que muchísimos de sus colegas- que desde hace varios años la demanda en el servicio de transporte disminuyó considerablemente; sin embargo, no ha pensado mudarse a otro municipio, porque no conoce las calles, además de que ya se acostumbró a su pueblo, donde vive su familia.
Dijo que su base está en el centro del poblado de Tlaltizapán, donde en ocasiones tiene que esperar más de tres horas para poder realizar un viaje, pues desde que los autobuses “Verdes de Morelos” empezaron a prestar el servicio en esa localidad hacia la capital del estado es poca la gente que utiliza el taxi como medio de transporte.
“A veces solo hago tres o cuatro viajes en todo el día, pero nos ayuda mucho cuando nos piden un viaje a Cuernavaca, porque estos se cobran en 600 pesos y la gente lo paga porque lleva prisa. También se podrían ir en el autobús, porque es más barato, pero se tarda más porque va recogiendo pasaje”.
A decir del trabajador del taxista, hay días en los que con mucho esfuerzo apenas reúne el dinero para entregar la cuenta, debido a que en una jornada de diez horas apenas logra realizar entre seis y ocho viajes.
Aunque admitió que la disminución de pasajeros afecta su economía, afirmó que no ha pensado dejar el volante, porque es a lo que se dedica desde hace 18 años.
Además, refirió que gracias a que recibe la pensión para el bienestar de los adultos mayores, puede solventar los gastos de su casa.