Soy especialmente sensible a mi entorno. No sé si soy artista por eso o, al revés, ser artista me ha hecho así. Reconozco donde estoy, veo detalles, disfruto de observar aquello que me rodea, sean personas, cosas, hechos, ideas. He preferido del mundo sus cosas bellas porque me dan alegría, calma, emoción.

Se puede vivir de forma fea, en un ambiente sucio, horrible, con personas desagradables o hacer lo contrario. Sí, muchas personas no pueden salir de círculos viciosos, donde la fealdad y el mal imperan, pero hay quienes podemos superar eso y buscamos nuestro propio destino.

Desde niño prefería las cosas bellas, como platicar con niñas bonitas, ver un atardecer, sentir la lluvia, los abrazos, acomodar mi cuarto de una forma armónica, dormir en sábanas limpias. Nací con hipersensibilidad, y eso, dejando de lado ciertos aspectos negativos, me inclinó hacia lo bello, lo cual agradezco.

Amo los espacios lindos: la elección de gimnasio, casa, escuela, trabajo y otras decisiones en mi vida han pasado por la prueba de la belleza: si no es un sitio bello, no me gusta, no lo quiero, no estaré ahí.

¿Por qué elegir lo bello sobre lo común? Porque a mi vista y en mi vida significan mucho más que formas; la belleza es un modo de humanismo, lo sabemos y podemos comprobarlo gracias a las bellas artes.

Claro que la belleza es subjetiva, y que dicha subjetividad depende de la apreciación del individuo y de otros aspectos complejos, pero en términos generales sabemos que hay cosas (espacios, asuntos) bellas y otras que no lo son (las llamamos feas).

Es que la belleza es patética, es decir, que conmueve al espectador por su sola existencia. Como una puesta de sol en la playa, que no hace falta explicar ni juzgar. La belleza se impone sobre la miseria humana, no hay duda.

La belleza no lo es todo, pero cómo ayuda a tener una vida digna, una cotidianidad agradable. No es que la belleza haga virtud, pero cuando menos se ve bien. Los griegos asociaban lo bello con lo bueno y lo verdadero; no me atrevo a tanto, pero insisto en que es preferible la belleza a la fealdad.

¿Dónde encuentro lo bello? No voy a mentir diciendo que en cualquier momento o cosa, no. Hallo belleza en una casa ordenada, en los libros bien acomodados en pequeños departamentos llamados libreros, en un jardín cuidado, en una persona que sonríe, en el buen decir, en la mirada de una mujer hermosa, especialmente cuando me mira y encuentra en mí alguna belleza.

Hay muchas cosas feas, ridículas, asquerosas, según pueda percibirse su exterior, como ciertos géneros musicales, la gente vulgar y confianzuda, la basura, la manipulación, la política, la traición, lo caótico.

La belleza o su contrario no es asunto de clases sociales o culturales: hay pobres elegantes y ricos nefastos; maestras muy sucias y analfabetas finísimos. En el mundo cultural hay mucha gente feíta de su ser y hasta de su aspecto. La ventaja es que uno puede elegir a dónde va y con quién se junta, especialmente cuando vas a terapia y sanas tus heridas del pasado.

Sé que muchas veces buscando lo bello en la vida me llevé grandes chascos, tanto en el arte, como en mis vínculos, pero también en mis formas de proceder y en la elección de cosas que pensaba bellas y que no resultaron serlo.

Quizás se nace con cierta tendencia a la belleza, pero además hay que cultivarla de distintas formas. Desde las acciones matutinas hasta la más exagerada pasión, todo puede contener belleza o desproporción, según elijas. La idea es irse acostumbrando a lo bello y desacostumbrándose de lo feo, arduo camino.

Hoy busco la belleza más que nunca, por eso decido vivir en un lugar bonito, leer libros más hermosos, escribir estéticamente, convivir con personas bellas, nobles, agradables; incluso vestir más propio, porque sé que a veces me gana la fodonguez.

No solo pretendo vivir rodeado de belleza, sino que es mi impulso hacer cosas bellas, como estar saludable, escribir más, quizás pintar, meditar, pasear por mi ciudad, cultivar mejores relaciones interpersonales, aprender nuevas cosas (saber es bello y además sexy).

Tú puedes elegir la fealdad o la belleza, quizás no lo sabías, pero tienes el poder: deja lo que te parece feo, cutre, pusilánime, deforme, chafa, contrahecho, amorfo, corriente y elige lo bello. Gracias.

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