“Mi papá tenía un puesto de tacos y yo era el que cobraba. Un día, un señor me pidió que le ayudara a mover su coche y, sin tener experiencia, lo hice. Al otro día me dijo ‘¿porque no trabajas mi carro hasta las 10 de la noche?’ Acepté porque, sin conocerlo, confió en mí y desde entonces aquí sigo”.
Así fue como Armando incursionó en el sector transporte. Aunque está a gusto en esta labor, dijo que llegó a este oficio por azares del destino.
“En ese tiempo no sabía manejar muy bien. No me sabía ni las calles y menos los precios, y cuando me hacían la parada les decía ‘soy nuevo, pero dígame por dónde lo llevo y más o menos cuánto le cobran’. Así fui aprendiendo”.
Comentó que ser chofer de taxi es una forma honesta de ganarse la vida porque puede salir de su casa sin un peso y al poco rato ya tiene dinero, aunque sea para el almuerzo.
Sin embargo, reconoció que el taxi tradicional ya no es negocio y es necesario actualizarse constantemente. Por eso desde hace unos años se registró en la aplicación de Didi taxi, porque le comentaron que hay mayor demanda en el servicio de transporte.
A decir del trabajador del volante, ha observado que cada vez son menos las personas que piden el servicio en la calle, pues a la mayoría le resulta más fácil solicitarlo desde la aplicación de teléfono.
“Cada vez son menos las personas que levantan la mano, a menos que sean días festivos, Navidad o Día de Reyes. En esos días la gente tiene prisa y para no esperar un vehículo de la plataforma, toman un servicio de taxi”.
Armando señaló que una desventaja es que la aplicación maneja tarifas económicas desde 24 pesos;cuando el taxi tradicional cobra de 35 a 40 pesos como mínimo.