Afirma que se necesita paciencia para desarrollar su labor.
Ernesto Galindo Díaz afirma que para trabajar como operador del transporte público se necesita mucha paciencia, ya que diariamente tienen que lidiar con el mal humor de algunos pasajeros y con los automovilistas que invaden los carriles.
Señaló que trabajan jornadas de más de 13 horas diarias y desde temprano tienen la presión de reunir el dinero para entregar la cuenta y pagar la gasolina. Por eso muchos jóvenes no aguantan en este oficio y lo abandonan a las dos semanas.
“No cualquier persona aguanta trabajar como chofer del transporte público. Conozco a muchos que trabajan una o dos semanas y se van porque no es fácil; se necesita mucha paciencia porque el tráfico y el mal genio de la gente te provoca estrés”.
Su trayectoria al volante es de nueve años y aunque reconoció que es una labor cansada, dijo que obtiene mejores ingresos como operador que como tapicero.
“Me gustó el transporte porque los ingresos son buenos, es cierto que hay días malos, pero está mejor que en las empresas o en las fábricas”.
De su actividad diaria comentó que se ha encontrado con todo tipo de personas, desde los que tienen mal humor, los que no pagan por el servicio y los agradecidos.
“Me ha tocado gente que se ve bien vestida y cuando menos te lo esperas ya se bajaron y por más que les dices ‘su pasaje’, se hacen los desentendidos y se van, pero también hay personas de la tercera edad que pagan completo”.