Desde niño, Manuel Equihua soñaba con poder trabajar como conductor en el Metro de la Ciudad de México, pero no lo logró porque sus papás se mudaron a Morelos.
Cuando cumplió la mayoría de edad aprendió a manejar y dos años después incursionó en el transporte, primero como chofer de taxi y posteriormente en el transporte público.
Actualmente conduce una "ruta".
Contó que de todas las anécdotas que ha vivido la que más recuerda es la de una mujer a la que no dejó bajar por la puerta delantera, para que no bloqueara el ingreso de los pasajeros que subían al vehículo: "Una vez una señora me dio un manotazo. Ella estaba en los primeros asientos y me dijo que iba a bajar, le pedí de favor que bajara por la puerta de atrás, se paró y me pegó, pero no le dije nada, porque si uno responde lo acusan".
El trabajador del volante comentó que su labor es cansada porque trabajan jornadas de más de 15 horas diarias, aunque con el paso de los años se acostumbran.
Sin embargo, refirió que ha pensado buscar un empleo donde tenga prestaciones de ley y seguro social para su familia.