Ayer el camión se descompuso y su primer recorrido lo hizo después de las 10 de la mañana.
Josué Castillo afirma que está a gusto en su labor como operador del transporte público, sin embargo, lamenta que en ocasiones con mucho esfuerzo reúne el dinero para la cuenta y el combustible, como el martes, que llegó a su casa con 60 pesos, tras una jornada de 15 horas.
Por si fuera poco, dijo, ayer comenzó su jornada después de las diez de la mañana, ya que el camión presentó una falla mecánica y tuvo que llevarlo al taller.
"A veces es un trabajo complicado, porque hay fallas en el camión, como hoy (ayer) que se descompuso y apenas voy a salir, y ya son más de las 10. Además, el martes sólo junté 60 pesos, porque hay días muy flojos".
Señaló que ser chofer del transporte público es una labor cansada y se requiere de mucha concentración, por eso trabaja de lunes a viernes, pues lo que menos quiere es trabajar cansado y ocasionar un accidente vial.
Aunque a veces sus ingresos económicos son mínimos y no cuenta con seguro social ni prestaciones de ley, afirmó que prefiere esta actividad a una empresa, pues hay días muy buenos.
Josué tampoco ha pensado buscar trabajo en una empresa de autobuses, ya que señala que esa actividad implicaría dejar de ver a su familia por semanas o meses.
Al igual que sus colegas, aseguró, que le afecta respetar los descuentos a personas con credencial del Inapam, debido a que a veces suben hasta 80 personas adultas mayores a la unidad que conduce.
"El problema es que a veces pido que muestren su credencial y se molestan, pagan cinco pesos y se pasan a sentar, eso es muy seguido; además hay otros que no pagan porque se les olvida o porque ya es costumbre".