Alfredo agradece que en el transporte tiene un ingreso todos los días.
Alfredo Martínez trabaja como operador del transporte público, un oficio que -dijo- aprendió gracias a uno de sus amigos, quien se dedica a esta actividad desde hace más de 20 años.
Su intención no era ser chofer de "rutas", sino continuar con sus estudios profesionales; sin embargo, su familia no tenía los recursos económicos para ayudarlo, por lo que decidió dejar la escuela y comenzar su vida laboral.
Al principio, Alfredo pensó que conducir una unidad sería sencillo, pues como usuario veía que es fácil, ya que sólo "hay que estar pendiente del volante", pero cuando le dijeron "ahí tienes el carro", los nervios lo invadieron y desde el primer día como operador entendió que es una gran responsabilidad.
Reconoció que las primeras semanas fueron difíciles, ya que por falta de experiencia tuvo que pagar entre 100 y 200 pesos de "minutos quemados" por llegar tarde con el checador.
Sin embargo, refirió que con el paso del tiempo ha agarrado confianza en el volante y se mantendrá en esta actividad porque una de las ventajas es que todos los días llega a su casa con al menos cien pesos.