De dos a tres días conduce una “ruta”.
De dos a tres días a la semana, Porfirio trabaja como operador del transporte público, y los demás días se hace cargo de su parcela, donde siembra maíz para consumo personal.
Desde hace diez años es chofer de “rutas” porque le gusta este oficio, y además le permite atender sus actividades en el campo.
Porfirio, un hombre mayor de 50 años, afirma que se siente fuerte para seguir al volante; sin embargo, reconoce que ser chofer es una labor cansada y estresante, debido a que trabajan largas jornadas y bajo presión para evitar pagar los “minutos quemados”, que son de 20 pesos cada uno.
Aunque hay días en los que ha pagado hasta tres minutos, aseguró que esa situación no afecta en sus ingresos diarios, pues al otro día le va mejor.
Lo que sí pega a sus bolsillos -indicó- es respetar los descuentos a las personas de la tercera edad que presentan su credencial del Inapam, ya que a veces suben hasta diez personas en un solo recorrido y al concluir su jornada debe entregar una cuenta de mil 400 pesos.
“Trabajo dos o tres días a la semana porque tengo un terrenito donde siembro maíz y de ahí vamos sacando para comer. No puedo dejar el trabajo porque tengo dos niñas que dependen de mí”.