Se dice que los artistas viven en el exceso. Hay algo de cierto, pero no todo es como parece. Ese cliché proviene de una realidad, sí, hay muchos que se entregan a los placeres del exceso. No todos, sí los suficientes para generalizar.
¿Es cierto que a los artistas nos gusta el exceso? Pues… yo digo que sí. Exceso es ir más allá de límite o medidas. Ahora en primera persona: me gusta el exceso, lo admito, lo confieso. Mi experiencia vital ha sido algo así como una vida condensada, es decir, muchas experiencias de forma constante. Intensidad pura: exceso.
He vivido excesivamente, pero no siempre por decisión propia. He buscado la calma y la he alcanzado muchas veces, pero la mayoría del tiempo mi vida es excesiva: mucho que sentir, bastante que hacer: intensidad, ardor, pasión…
Mi exceso comenzó desde pequeño: violencia intra y extrafamiliar, síndrome de Tourette no diagnosticado, hipersensibilidad, movimiento, crisis, peleas, vivir en México, amistades, adolescencia, la decisión de ser escritor y la consecuencia de serlo. Mi exceso vino de origen, pero luego lo fomenté con ahínco. Y así con cada escritor intenso.
En toda etapa ha habido intensidad-exceso: cuando estudié, cuando me casé, cuando fui papá, cuando escribo, cuando publico, cuando me peleo con el mundo y sus gentes, cuando edito libros, cuando critico. En mis relaciones personales no se diga, ha habido mucha fuerza.
No quiero decir que eso sea malo, solo que resulta cansado vivir así. Es cierto que el exceso en los artistas se ve más en las adicciones (alcohol, drogas), pero no es lo mismo. Las adicciones solo son una parte del exceso. Otras áreas del exceso en los artistas son: amor, sexualidad, lectura, creación, viajes, fiesta, diálogo, etcétera.
También hay excesos como escritor que parecen más bien positivos, como la obsesión de escribir una obra mejor cada vez; concentrarme en desarrollar una obra específica con mucho tiempo y esfuerzo; la idea de forjarme una carrera a paso firme y constante; la tenacidad para irme consolidando con el tiempo; la necesidad de ser original; la pasión para tener una biblioteca personal destacable; la búsqueda de trascender con mi arte.
El arte de escribir es un exceso. Piénsalo: nos dedicamos a hacer metáforas de la patética realidad, sublimándola, para que los lectores hagan catarsis y puedan reflexionar o actuar en sus vidas. Nuestra materia son las palabras, pero también las ideas, sobre todo las emociones, los sentimientos, las sensaciones, la crueldad, la muerte, la vida, el amor, el odio, la podredumbre, la ridiculez… Pensamos en exceso sobre todas esas cosas. Es un exceso, cansa, pero no pienso dejar de hacerlo, una locura.
Considero indispensable en la vida que cada persona pueda probar el exceso alguna vez. El exceso que desee o que pueda experimentar. Porque el exceso te permite una sensación de liberación y de enajenación que no son lo cotidiano en las personas. Si bien muchos se emborrachan el fin de semana, no lo hacen diario. El exceso es un liberador del ser, que puede ayudarle a seguir siendo.
Otra cosa es vivir en el exceso, es decir, entregarte todos los días al consumo o al abuso de algo. Digamos que tu exceso son los videojuegos, entonces, podrías pasar 12 horas diarias jugando, eso es demasiado, porque afecta todo en ti. Y así cualquier exceso constante: beber, drogarse, tener sexo, pelear, manipular, robar, dramatizar, llorar, reír.
Vivir así no es vida, es dependencia y eso deja muy poco tiempo para escribir. Eso se comprueba con tantos escritores hundidos en los vicios o excesos, que se consideran genios incomprendidos y que vuelcan sus energías en la autodestrucción más que en la escritura. Algún genio habrá entre ellos, pero lo más seguro es que nunca lo sepamos.
¿Se puede vivir del exceso? En general, creo que no. Eso es una fantasía. Más bien, para encontrar un equilibrio vale tener algunos excesos paradójicamente controlados. Para ello es indispensable ser consciente de mis propios excesos y trabajar en sanar y en buscar la calma sin perder la pasión.
Como es claro, no es tema fácil. Si ves un escritor perdido, no lo juzgues tan cruelmente, trata de entenderlo, no es cosa sencilla vivir en sus zapatos.
#danielzetinaescritor #unescritorenproblemas #vivirdelarte