Hace falta capacitación a los operadores del transporte, considera Eder.
En los días que no tenía clases en la primaria, Eder acompañaba a su papá en su trabajo como operador del transporte público, y desde entonces comprendió que quería seguir sus pasos.
Aunque su progenitor le aconsejaba una y otra vez continuar con sus estudios para tener un mejor trabajo, Eder sabía que lo suyo no era la escuela, sino el trabajo.
Afortunadamente, dijo, su papá lo capacitó sobre este oficio y le aconsejó manejar con precaución para no sufrir accidentes viales, y ser amable con los pasajeros.
Las recomendaciones de su padre, indicó, le han servido, y a la fecha agradece que no se ha visto involucrado en hechos de tránsito. Sin embargo, consideró que hace falta capacitación a los operadores en diferentes temas.
"Las autoridades dan curso cada año sobre manejo a la defensiva y trato al pasajero. Yo creo que son necesarios los cursos porque a veces se olvidan los señalamientos, ya que manejamos camiones grandes y al mismo tiempo tenemos que estar al pendiente del pasaje".
Comentó que ser chofer es una labor cansada, pues dedican hasta 14 horas diarias y a veces trabajan los siete días de la semana, pero manejar es su pasión y un oficio que heredó de su padre, por eso seguirá al volante hasta que el cuerpo le aguante.
"Desde los nueve años de edad, cuando no tenía clases me venía a trabajar con mi papá o con mis tíos. Mi papá decía que estudiara, pero uno sabe cuando no le entran las letras y sólo terminé la primaria. Ahora tengo dos hijos que dependen de mí y trabajo para mantener a mi familia".