Gabriel busca un trabajo formal, por ejemplo, como chofer particular.
Gabriel Martínez conduce una unidad del transporte público luego de que se terminó su trabajo como chalán de albañil, y aunque considera que conducir una “ruta” es una labor estresante, refiere que no dejará el volante porque obtiene buenos ingresos económicos.
Comentó que hace tres años se terminó el trabajo en la obra y su patrón no pudo colocarlo en otra construcción, por lo que tomó el consejo de un amigo que lo animó a trabajar en la "ruta".
Al principio, dijo, se resistía a dedicarse a este oficio porque había escuchado comentarios de que es una labor cansada y estresante, pues los operadores trabajan con tiempo que les indican en la base de la organización; además, el volante es mucha responsabilidad. Sin embargo, se convenció cuando le dijeron que se obtienen buenos ingresos económicos.
En su opinión, la desventaja de trabajar en la informalidad es que no tiene prestaciones de ley ni seguro social para sus hijos, pero tiene la oportunidad de descansar los días que necesite atender asuntos familiares, aunque sin percepción económica.
"Trabajé como albañil y después estuve un tiempo como ayudante de jardinería, pero casi no había trabajo y me vine a la 'ruta'. Como chofer no me va mal, pero hay que levantarse a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo a la base y llegamos a la casa como a las diez de la noche. A veces nomás llegamos a cenar y a dormir porque al otro día hay que salir temprano".
Afirmó que está a gusto en su nueva actividad, aunque no pierde la fe de poder encontrar un trabajo formal o por lo menos de chofer particular.
De su actividad al volante, señaló que hay días en los que reúne hasta 500 pesos libres, aunque en ocasiones también llega a su casa con 100 o 200 pesos, especialmente en temporada vacacional.