La etnografía encuentra su historia en el trabajo de campo asociado particularmente en la antropología, al estudio de culturas exóticas, y en sociología a segmentos marginales de la propia sociedad.
La etnografía es una disciplina de las ciencias sociales que utiliza el método de investigación cualitativa para describir de forma sistemática la cultura de los distintos grupos humanos. Tuvo su origen en las observaciones que realizaban los viajeros para conocer otras culturas (por ejemplo, la invaluable Historia de Heródoto, del siglo V a.C., o los viajes de Marco Polo, del siglo XIII).
La etnografía es una herramienta usada por los antropólogos y sociólogos, sin embargo, en arquitectura y urbanismo es de las herramientas más potente en la recaudación de información dentro de entornos urbanos. Es, en pocas palabras, el estudio territorial y sociológico de un grupo particular que dota sus orígenes en la ciudad.
El estudio etnográfico se dedica a investigar las prácticas culturales, los comportamientos sociales y las acciones que realizan los distintos grupos humanos en su entorno, a través de la observación directa en el campo y entrevistas abiertas.
Mediante la recopilación de datos, que puede incluir grabaciones, vídeos, entrevistas y observación participativa, la etnografía busca describir la historia, tradiciones, mitos, genealogías y lenguajes de diversas culturas, razas y comunidades humanas para lograr una mejor comprensión de las mismas.
Las contribuciones de destacados etnógrafos y antropólogos han elaborado métodos que han obtenido el rol científico. Como ejemplo a citar podemos encontrar el libro de la doctora en antropología, Rosana Guber, llamado La Etnografía. Método, campo y reflexividad, libro que -en lo particular- me ha ayudado a entender los procesos de cómo abordar al territorio, casi desde la pedagogía.
La etnografía puede sonar un poco confusa o “aburrida”, sin embargo, es totalmente lo contrario, es apasionante, funcional y demasiado creativa.