Aunque a final de cuentas no se gravaron con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) las colegiaturas, sí les afecta porque los movieron de capítulo y ahora las universidades privadas quedaron como cualquier empresa. “Lo que tenemos que hacer es constituirnos como Asociación Civil, pero además obtener el registro de donatario; si logramos esto podríamos salvar una parte de este tema, si no sucede, entonces las universidades tendremos que seguir tributando como cualquier industria del país”, expresó la presidenta de la AIESPEM, Itzel Carmona Gándara.
En otras palabras, una escuela que antes tributaba entre seis y siete mil pesos de impuestos federales, ahora tendrá que pagar o ya lo hacen 37 mil pesos al mes. “Esto lo que tiene como consecuencia es el encarecimiento del servicio educativo, porque en tanto que la escuela no obtiene el registro de donatario, entonces ajustará costos y se volverá inaccesible”, comentó al referir que están buscando con autoridades educativas y legislativas, corregir esta situación.
Argumentó que se trata de instituciones educativas que brindan un servicio sin tener los alicientes que deberían tener, para ofertar un servicio más económico y de mejor calidad.
Comentó finalmente que cada una de las instituciones que son socias de la AIESPEM, analiza su posible incremento de colegiatura, pero hizo notar que la mayoría no lo ha hecho desde hace varios años para evitar que eso merme su matrícula, pero en este año, abundó, se suma este importante factor de la reforma fiscal.