Su amor por este oficio lo heredó de su padre, Teófilo Santiago Pérez o “Teo Pérez”, entrenador, y de su tío Evaristo “Picapiedra” Pérez, ex boxeador profesional.
De lunes a viernes, Kike Santiago trabaja con muchachos que llegan de diferentes colonias de Cuernavaca y municipios conurbados. Algunos tienen muchas facultades para este deporte y él los guía con técnicas y ejercicios para que se puedan abrir paso hacia el terreno profesional.
Él cree que el box le pueda dar a los chicos una oportunidad de salir de un ambiente difícil en el que las adicciones pueden atraparlos, ya que requieren entrenamiento diario, disciplina y superación constante.
En sus siete años como entrenador, sus muchachos le han dado muchas satisfacciones y pretende seguir entrenándolos porque sabe que eso le hace bien a ellos y a la sociedad. Si son buenos deportistas serán buenos ciudadanos y buenos padres y madres de familia.