También fueron afectadas por la pandemia.

Jojutla. El poblado de Tehuixtla, municipio de Jojutla, es uno de los que todavía conserva la venta de pan cocido en horno de leña, aunque con la pandemia, la demanda se redujo.

Aurelio Velasco Olivares es uno de los pocos panaderos que quedan en el lugar (hay todavía cuatro), que utilizan la leña como combustible, que asegura, le da otro sabor al producto, como “ahumado”.

Refirió que debido a complicaciones laborales, hace cinco años tuvo que retomar el oficio, que ejercía desde 1957 su padre Moisés (pero que había dejado 15 años atrás).

Junto con su hijo Quetzal, decidieron reabrir la panadería y retomar la tradición. Todo el proceso es artesanal. Desde el amasado hasta la cocción. El horno que tiene le permite también cocinar otros alimentos, pero destacó que con la crisis de la covid, las ventas bajaron de manera significativa.

“De la pandemia para acá bajaron al 50 por ciento y las cosas están muy caras, sube y sube todo. Antes, llevaba dos canastos al Centro y ahora sólo uno. Bajó muy feo la venta. Ahora, por la economía, la gente se detiene mucho para comprar”.

Todos los días hay nidos, borrachos, cemitas, cuernos, piedras, volcanes, granadas, trenzados, y una gran variedad de formas listas para la venta de la tarde en el centro de la localidad.

Don Aurelio tiene confianza en que la situación mejorará y dice que continuará produciendo su pan, mientras le lleven leña, porque aclaró que él no la corta, se la compra a quienes se la ofrecen y tienen permiso para cortarla y venderla.