En lo que fue la octava manifestación, correspondiente al tercer miércoles del mes de febrero, el grupo –de menos de una docena de personas-- se reunió en el quiosco desde donde con equipo de sonido expresó su inconformidad con el actual gobierno.
Tras varios señalamientos, se dirigieron al palacio municipal con cartulina en mano para hacer la clausura simbólica.
“Para nosotros, esta clausura representa la necesidad de que le demos vuelta a la página de la ineptitud, de la falta de voluntad, de la falta de diálogo para que, como ciudadanos, nos preguntemos qué es lo que sigue, por dónde va la orientación de nuestros actos en cuanto al futuro”.
Afirmó que este Ayuntamiento ya no tiene más posibilidades de dar respuesta a las demandas sociales. “De por sí no mostraron posibilidades desde un principio y ahora mucho menos, por los mismos tiempos políticos”.
Interrogado acerca de los señalamientos de ineptitud y corrupción, respondió: “Ineptitud, porque vemos que solamente han dado palos de ciego en su administración, han actuado por ocurrencias; no existe el diagnóstico participativo, no existe la concertación de esfuerzos. Entonces, es ineptitud porque un gobernante para eso está, para encabezar las necesidades de una comunidad. Y es corrupción porque principalmente vemos los altos sueldos que se asignan, es corrupción porque hay privilegios; hay oscuridad en las cuentas públicas, por ejemplo, y ‘dados cargados’ en el nombramiento de funcionarios”.
En cuanto a la pasada feria de Año Nuevo, comentó que seguirán solicitando la información de los ingresos y egresos de la misma.
“Estamos reiterando que invitamos al Ayuntamiento a que haga públicos los números y los informes que les requerimos, que los ciudadanos le requerimos porque habrá que aclarar que aunque nos han pretendido reducir como grupo, diciendo que somos unos cuantos, nosotros tenemos contacto con muchas personas que nos comunican, que nos dicen, que nos solicitan que hagamos notar sus inquietudes. Puedo decir que es una aspiración general de que se entreguen esas cuentas. No vemos ninguna voluntad. Más bien sigue el silencio, sigue la indiferencia y eso es muestra de ineptitud y corrupción, porque quien esconde los números, quien no dice lo que se ingresó a las arcas es sospechoso de que quiere hacer un uso desviado de este asunto.”