Juan Carlos Valencia Vargas, secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (CEA), reconoció que al asumir la actual administración estatal, 16 de las 25 plantas de tratamiento, estaban sin operar y aunque ya están en funcionamiento, en realidad lo hacen muy por debajo de su capacidad. “Vamos a echar a andar las otras nueve durante el presente año, pero ahora el problema que nos encontramos es que la mayoría de esas plantas están recibiendo menos de la tercera parte de la capacidad que tienen”.
Ejemplificó que en el caso de la planta de Jojutla, tiene una capacidad para 100 litros por segundo, sólo le están llegando 40. “De ahí los proyectos que hemos hecho durante el año 2013 para poder construir colectores, que lleven más agua a las plantas. En el caso de Jojutla se hizo un proyecto ejecutivo para llevar mediante un colector de seis kilómetros, al menos otros 40 litros por segundo de aguas residuales. Este proyecto tendría un costo de 12 millones de pesos. Así como este, en todos los casos de la plantas, tenemos proyectos de colectores, o subcolectores o drenajes para llevar agua a las plantas de tratamiento, e iremos avanzando paulatinamente a lo largo del sexenio para poder terminar con las plantas operando a su máxima capacidad. Al final del sexenio, vamos a tener al menos al 90 por ciento de utilidad de las plantas de tratamiento”.
Señaló que actualmente la CEA está a cargo de la operación de plantas de tratamiento. “De las 25 plantas que encontramos sin operar, incluía un esquema mediante el cual la CEA se hacía cargo de la operación. Ya entró en vigor ese esquema, nosotros estamos operando esas 16 plantas y el costo de la operación proviene de tres fuentes: la Comisión Nacional del Agua aporta una cantidad, 50 centavos por cada metro cúbico; el Gobierno del estado a través de la Comisión Estatal del Agua paga otra cantidad, aproximadamente 70 centavos por cada metro cúbico; y el municipio aporta una parte adicional, aproximadamente 30 centavos por cada metro cúbico”.
Aseguró que con estas 16 plantas que están en operación, se trata el 60 por ciento de las aguas residuales que antes se vertían sin tratamiento a los ríos. “Ahora el problema que tenemos es que no llega agua suficiente a las plantas de tratamiento”.