Dos de los afectados narraron que este lunes 31 de marzo, alrededor de las dos de la tarde, la policía llegó en diferentes patrullas a la calle Crisantemos de la citada colonia, donde ellos tienen su domicilio. Al parecer iban persiguiendo a dos jóvenes, que se metieron a la casa de la familia Mérida Martínez.
Esos muchachos, se metieron a la casa y brincaron la barda por el otro lado de la vivienda, pero los policías detuvieron a los hermanos Genaro y Jesús Peralta Martínez, de 22 y 26 respectivamente, que se dicen inocentes; y a Elizabeth Mérida Avilés e Imelda de la Cruz Sánchez, de 33 y 24 años en el mismo orden, éstas últimas presuntamente por grabar los hechos con sus teléfonos celulares.
Genaro comentó que él estaba sentado con su hijo cuando entró la policía y lo arrestó. “Como pude le di al niño a mi mamá y me llevaron sin saber lo que pasó. Me acusaron de agredir a un policía y causar daños a una patrulla”.
Aseguró que nada tenía que ver con lo que había ocurrido afuera y tampoco sabía de qué daños y al vehículo que se referían y nunca vieron a un elemento lesionado, pero la policía lo sometió, golpeó y roció gas pimienta en el pecho. “Me preguntaban que por qué los había agredido, pero yo les dije que no sabía ni qué onda”.
Por su parte, su hermano Jesús refirió que él estaba trabajando, pero al advertir que había muchos policías fue a su casa (por la parte donde minutos antes habían brincado los jóvenes que perseguía la policía) a ver qué pasaba, y se encontró que había muchas cosas tiradas y la policía lo detuvo.
Dijo que lo golpearon (en la cara y en la pierna), le rociaron gas y se lo llevaron a la comandancia, para después pasarlo al ministerio público.
Destacaron que a Elizabeth (esposa de Genaro) y la cuñada de ésta, Imelda, también las golpearon, resultando con lesiones que ameritaron que las llevaran al hospital.
Acusaron que los elementos policíacos causaron destrozos y se robaron cosas como dos machetes del lugar y los cuatro celulares de los afectados, motivo por el cual presentaron una denuncia penal.
Los dos detenidos tuvieron que pagar cuatro mil 950 pesos para que los dejaran libres.
Se le interrogó vía telefónica a la Dirección de Seguridad Pública si tenía alguna postura sobre la situación, a lo que el oficial de guardia dijo que pasaría la pregunta a los mandos y después se comunicaría, hecho que al cierre de edición no ocurrió.