Alrededor de 200 personas caminaron con pancartas y mantas, gritando consignas en demanda de justicia y que se presente con vida a los estudiantes.
José Benjamín Castro Pérez, uno de los organizadores, comentó que a esta segunda marcha, motivada por la indignación de que a más de un mes no haya ningún tipo de resultado de las investigaciones, incluso con la detención del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y de su esposa. “Hasta hoy no hay ninguna respuesta de parte de las autoridades, los están interrogando, pero no se tiene nada”.
Aclaró que los estudiantes no están “desaparecidos”, sino que fueron secuestrados.
“Las cosas están igual. No hay respuesta del gobierno federal para saber dónde están los jóvenes, que no están desaparecidos, están secuestrados. Sabemos que el gobierno del estado de Guerrero los secuestró, ellos los tienen”.
Además, prosiguió, por otra parte los familiares tuvieron una reunión con el presidente de la república Enrique Peña Nieto, que consideraron una burla, porque simplemente les dijo que él iba a castigar a los culpables. “El presidente debió haber ido al lugar donde se suscitaron los hechos. Él dijo (a los familiares) que no se preocupen, que va a sancionar a los culpables. Los padres salieron indignados con ese tipo de palabras, qué clase de presidente tenemos”.
Señaló que en esta segunda marcha (la primera fue el pasado 18 de octubre) participaron delegaciones magisteriales de Tlaquiltenango, Zacatepec, Jojutla, de la Universidad Pedagógica Nacional, maestros jubilados y alumnos universitarios.
“Esta marcha se organizó a raíz de la indignación del pueblo, independientemente de que seamos lo que seamos, somos gente que nos duele lo que pasó en el estado de Guerrero y más porque fue contra gente pobre, indígena, de la sierra de Tlapa, y eso nos indigna. Por eso decidimos convocar a esta marcha, para que la gente escuche la voz de nosotros y se una a nuestra voz de indignación”.
Los participantes iban gritando consignas, principalmente “vivos se los llevaron, vivos los queremos”; distribuyendo volantes, pasaron lista de los estudiantes secuestrados y al pasar frente al edificio del PRI, dijeron que ya basta de que los políticos se enriquezcan con la “fuerza” del pueblo. Terminarían en el zócalo, donde harían enlace telefónico con un padre de familia de uno de los jóvenes estudiantes que sufrió desaparición forzada.